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ATLÉTICO DE MADRID

‘Masterclass’ de Simeone

El técnico insiste en las ruedas de prensa que se siente con fuerza de entrenar al Atlético. Lo dejó claro en la sesión matinal donde no paró de insistir a sus jugadores en muchos aspectos del juego.

Actualizado a
Simeone, en la sesión de trabajo del Atlético.
PEPE ANDRESDiarioAS

Simeone comenta en cada rueda de prensa que tiene ganas de seguir al frente del Atlético. Lo dice una y otra vez. Que al final de temporada se verá si sigue dirigiendo al equipo rojiblanco pero que se siente igual que el primer día que entrenó al conjunto madrileño. Las palabras le dan la razón si uno ‘presencia’ alguna de las sesiones de trabajo del Cholo. La de esta mañana es un claro ejemplo. Fue una ‘masterclass’ en toda regla del técnico del Atlético, donde dejó bien a las claras muchas de sus ideas y cuyo objetivo es que los jugadores plasmen en los partidos. Paciencia, verticalidad, inteligencia, precisión... son algunas de la palabras clave después de escuchar al técnico hablar con su plantilla.

Paciencia. Simeone quiere que sus jugadores tengan paciencia a la hora de tocar el balón. Que intenten tocar la pelota una y otra vez hasta encontrar el hueco para penetrar ante la defensa rival. “No se apuren”, repitió en más de una ocasión. El Atlético formó con un centro del campo compuesto por Marcos Llorente, De Paul, Koke y Pablo Barrios. Una declaración de intenciones para Vigo. Jugadores de buen toque, con visión de juego... Por si fuera poco, Griezmann jugó por delante de ellos. Un Griezmann con libertad de movimientos. “Hay que atacar bien”, reiteró el entrenador. La mejora del equipo, en este sentido, es evidente. Simeone no quiere prisas ni precipitaciones.

Verticalidad. Sí las quiere cuando el Atlético juegue al contragolpe. El Cholo dejó claro que entonces sus futbolistas deben mostrar verticalidad y rapidez. A un jugador profesional de ese nivel no hace falta recordarle muchos aspectos del juego, pero Simeone sí lo dejó patente. Sin prisas con el balón en los pies, en jugada elaborada. Pero a la carrera y con transiciones rápidas cuando el rival está volcado a la portería del Atlético. El equipo rojiblanco no ha ganado bastantes partidos a lo largo de la temporada por no saber cerrar los partidos, por no asestar el golpe definitivo en algún contragolpe.

Morata. Especial énfasis en el delantero del Atlético. Morata nunca se esconde y para el técnico es primordial. En la sesión de trabajo insistió en que fije a los defensas rivales. Esa labor es impagable para los Griezmann, Marcos Llorente y compañía. Así como su presión a los contrarios. Luego está su faceta a la hora de marcar, a la hora de definir ante el marco rival. Pero Morata, para el Cholo, es un jugador importante. Mas allá de sus siete goles en el campeonato liguero y de sus dos en Copa.

Inteligencia. Simeone también recordó a sus jugadores el punto donde el Atlético es más débil y donde los rivales le hacen más daño (convendrán que quien esto firma no va a contribuir a hacer más vulnerable al equipo rojiblanco desvelando las explicaciones del Cholo). El técnico argentino sí alzó la voz para decir que son jugadores veteranos, todos con recursos y saben lo que tienen que hacer en determinadas facetas del juego. Inteligencia. Al fútbol se juega con la pies... y con la cabeza. Y a veces con un fútbol menos bonito.

Rivales. Simeone tiene estudiado al Celta. Sabe los movimientos de sus jugadores tanto en ataque como en defensa. Y se lo recordó a los suyos. Sobre todo de la principal figura del conjunto gallego. Simeone ensayó cómo ahogar el principal caudal ofensivo del Celta. Luego está la calidad individual, la chispa de cada jugador, pero los rivales saben dónde y cómo se mueven los artífices del juego del conjunto vigués.

Precisión. Y luego está la precisión. Precisión a la hora de definir ante la portería rival. El Atlético no marca y así es complicado ganar. Por eso el Cholo insiste en tener la cabeza fría delante del arco contrario. Insiste en que afinen. En que no perdonen cuando tengan una ocasión clara para hacer gol. Ahí sí hay que hacer sangre.