Marvin Park cumple la profecía de García Pimienta
“Tiene que trabajar para ser titularísimo. Es un jugador de categoría superior”, dijo de él en Segunda División. Las Palmas le firma cuatro años más.
Como tantos otros jóvenes criados en La Fábrica, tuvo Marvin Park que buscarse la vida allende Valdebebas. Tras haber debutado en el primer equipo del Real Madrid cuando Zidane comandaba su banquillo, la puerta de las estrellas, casi impenetrable, parecía totalmente cerrada. Fue entonces cuando, con 22 años recién cumplidos, le salió una buena oportunidad muy lejos de casa.
Por aquel entonces, en el verano de 2022, era la Unión Deportiva Las Palmas uno de los equipos más potentes de Segunda División. Tras caer fulminado por el Tenerife en las semifinales del anterior playoff de ascenso, la plantilla grancanaria emergió colosal para, desde la primera jornada del curso 23/24, ser uno de los máximos candidatos a subir a Primera. Tanto fue así que, salvo tras la primera jornada, siempre estuvo entre los seis primeros clasificados antes de acabar subiendo de manera directa. En cualquier caso, una gran oportunidad para que Park, cedido, se fogueara como es debido.
Por ahí andaba un flaquísimo futbolista llegado de la cantera del Real Madrid, tímido hasta el extremo, que desde su primer día de trabajo en la Ciudad Deportiva de Las Palmas, en lo alto de la colina de Barranco Seco, a las afueras de la capital insular, sorprendió por su exuberancia física. Hablando, como le gusta, sobre el césped. Tanto fue así que, pasado de revoluciones y presa de las ganas propias de la juventud, físicamente le costó más de esperado adaptarse al fútbol profesional. “Las lesiones no le han ayudado mucho. Tenemos que pararle esa fuerza, esa potencia, esa energía que tiene en cada entrenamiento”, decía García Pimienta, su entrenador en estas dos primeras temporadas en Las Palmas.
De hecho, en la primera le costó un mundo arrancar y la cerró con apenas 918 minutos en 24 partidos, únicamente cinco de ellos como titular. Nada que impidiera a Las Palmas seguir apostando por él, por lo que logró una nueva cesión por parte del Real Madrid, que en este caso iba más allá: en caso de ascenso la entidad insular estaba obligada a comprar el 50% del jugador, como así sucedió.
Cada día más maduro, Marvin acabó el año pasando por ser un jugador imprescindible para el propio García Pimienta. Ya en Primera, la profecía se empezó a cumplir. “Tiene que trabajar para ser titularísimo. Viene de una de las mejores canteras del mundo y es un futbolista de una categoría superior”, había dicho públicamente el hoy entrenador del Sevilla. Lo usó más como extremo que como lateral derecho, donde su efectividad se multiplicaba.
Sea como fuere, su rendimiento se multiplicó. En su año de debut de pleno derecho en la categoría reina del fútbol patrio, Marvin acabó la misma con 1851 minutos en 31 partidos, 17 saliendo en el equipo inicial. Ahora, con cuatro temporadas de contrato por delante con Las Palmas y un entrenador diferente, la profecía cambia de boca pero tiene mucha vida por delante.
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