Marcos Paulo, del Golden Boy... al Atleti B
El brasileño fue el fichaje de futuro de la primera plantilla en 2021. Toda una promesa, se le presentó con visos de quedarse y tras varias cesiones vuelve al filial.
Marcos Paulo, un nombre que sonará a viejo conocido para el aficionado atlético, vuelve a vestir la rojiblanca... pero en los entrenamientos del B de Fernando Torres. El brasileño llegó al club en 2021 como un fichaje de enorme futuro. Su salida del Fluminense suponía un enorme socavón para el club brasileño, incapaz de renovar a una de sus mayores perlas. A sus 20 años, era libre para escoger como una de las grandes promesas de su país y que el Fluminense había llegado a señalar como el futbolista llamado a dejar el mayor traspaso de la historia del club.
El Atlético apostó por él y Marcos Paulo se decantó por el rojiblanco. Internacional primero con las inferiores de Brasil, posteriormente pasó a defender la camiseta portuguesa, nacionalidad de su abuelo. Y la condición de comunitario le abría las puertas de la plantilla de Simeone en el caso de que la salida de Vitolo al Getafe dejase una vacante en banda. Además, Marcos Paulo se sumaba al Atlético como uno de los 100 nominados al Golden Boy, las grandes promesas del fútbol mundial. Firmaba hasta 2026 y el brasileño se presentaba en el Metropolitano con todos los galones, dorsal del primer equipo (20), comparecencia ante la prensa y enormes expectativas.
“Estoy muy feliz. Estoy cumpliendo un sueño por poder estar en uno de los equipos más grandes del mundo. Es una sensación que no puedo explicar y ojalá pueda ayudar mucho al Atlético de Madrid. Estaba en el Fluminense y había varios equipos interesados en mi trabajo y mi contrato estaba a punto de terminar. Hubo un partido ante el Athletico Paranaense y mi agente me dijo que había posibilidades de que el Atleti viniera a hablar con nosotros. El partido me salió muy bien, marqué dos goles y tuvimos la conversación y me puse muy feliz”, confesaba en su puesta de largo.
Pero al extremo apenas se le pudo ver en un partido, el amistoso contra el Numancia en el Burgo de Osma. Sufrió una lesión en el momento menos indicado y en Los Ángeles de San Rafael había dejado patente que le faltaba ritmo del fútbol europeo y a sus regates le sobraban ser más efectistas que efectivos. No pudo brillar durante la preparación ni convencer a Simeone antes de su problema físico. Y el club abogó por una cesión al Famalicao portugués para comprobar su potencial con minutos y galones. Misma política que se había llevado a cabo con Nehuén Pérez. en 2019. Pero el préstamo no fue tan efectivo. La llegada de Rui Pedro Silva al banquillo en el mes de diciembre le cerró por completo las puertas a los minutos, precisamente lo que pretendía el Atlético que tuviese. El técnico le acusó de mala actitud y le llegó a bajar al Famalicao B durante dos partidos.
Un año en el que apenas participó en 20 partidos con la primera plantilla y que le llevó de regreso al Atlético devaluado. El club colchonero acudió a otro comodín, el Mirandés que ha visto crecer a Riquelme, Carlos Martín o Camello. Pero tampoco fue un bálsamo para Marcos Paulo. Solo 15 partidos, con dos goles y dos asistencias. Volver a Brasil para reencontrarse fue la tercera vía. Al São Paulo donde ha participado en 29 encuentros (cuatro tantos y dos pases de gol). Y de ahí, regreso al Atlético. Todavía le quedan dos años más de contrato. Del 2001, todavía es joven, aunque se ha apartado del foco. El club rojiblanco estudia su futuro y escucha ofertas. Mientras, se ejercita bajo el mando de Fernando Torres. Unas expectativas que no se cumplieron y un Marcos Paulo que busca una redención europea.
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