Marchena: “Cuando veo el Valencia siento que sigo en el banquillo del equipo”
Hace un año y unos días fichó por el Valencia para salvar, junto a Baraja, al equipo. En junio se marchó, cumpliendo lo que dijo a pesar de que el Pipo intentó convencerle.
Carlos Marchena (Las Cabezas de San Juan, 1979) es, sobre todo, un hombre de principios. Hace un año recibió una llamada. Detrás estaba un amigo (Pipo Baraja) y el club con el que brilló en la élite (Valencia). El reto era difícil: salvar al equipo del descenso. Dejó todo en Sevilla para poner todos sus sentidos en ello. Pero con una condición: en junio volvía a Sevilla. Y así fue. Tras la salvación del Valencia y un proyecto ilusionante que comenzaba cumplió su palabra pese a los intentos en vano de su amigo Baraja para que siguiera a su lado.
Un año y unos días después de su fichaje por el Valencia, detalla en AS los pormenores de esos cuatro meses al lado de Baraja y, además, analiza el Valencia-Sevilla de esta noche y, como campeón de Europa y del Mundo, las posibilidades de la Selección en la Eurocopa.
-En octubre de 2022 comentó en una entrevista a AS que tenía muchos proyectos en la cabeza, un montón de cosas que hacer en Sevilla y que no se planteaba entrenar. A los tres o cuatro meses recibe una llamada...
-Como bien dices, no era mi idea entrenar, pero bueno, recibo una llamada y hay una posibilidad de que, viendo cómo está el club, con la trayectoria del equipo peligrosa... han pensado en nosotros y me preguntaban si yo estaría dispuesto. Y bueno, se trata del Valencia, se trata del Pipo. Y no dudé. Dije: ‘Si el Valencia me requiere y, ahora yo creo que es un momento delicado, allí estoy’. Y se junta que es el Valencia y es un amigo, pues no lo dudé.
-¿La primera llamada fue de tu amigo, de Pipo?
-No. La primera llamada no es de mi amigo, porque como es mi amigo, no me quiere meter en un compromiso. Hay una llamada. Hay una llamada por medio y me dicen: ‘Oye, tú no te quieres meter en... Y respondí: ‘Yo sí’. Y luego el Pipo me llama y me dice que no me quería meter en el compromiso de que viniera porque soy amigo... Pero le corté y le dije: ‘No, no, no. Estamos en el lío. No hay ningún tipo de problema’.
-Aparte de venir con su amigo, ¿por qué acepta?
-Porque bueno, pues lo que te digo, porque yo estoy muy agradecido al Valencia, forma parte de mi vida. Yo veía que en ese momento, o a mí me cuentan en ese momento, que no hay muchas más opciones, y que las personas ideales, pues somos nosotros. Y no se trata más, no necesité más.
-Cuando llegan a Valencia y os sentáis en el despacho el primer día, ¿qué es lo primero que se preguntan?
-Nosotros hablábamos mucho, nos habíamos visto y al final siempre sale ahí el tema del Valencia, evidentemente, hablando de fútbol. Sabíamos un poco lo que nos podíamos encontrar, él mucho más que yo, porque tenía estudiado mucho más que yo al equipo. Pero al final, yo creo que hay que tener humildad, hay que tener mucho trabajo, hay que tener capacidad, hay que tener valentía en estos momentos. Tienes que revisar un poco las claves y decir: ‘Bueno, vamos a afrontarlo. Es una palabra que se dijo’.
-Ustedes llegan con el equipo en descenso, y de las siguientes diez jornadas en ocho siguió en descenso... ¿Hubo alguna duda?
-Hombre, alguna no, hubo muchas. Es verdad que te tienes que venir arriba, confiar en el trabajo, confiar en que lo sacas, confiar en los jugadores. En el día a día, hay momentos que sí lo ves más claro, otras veces dudas más, pero esa es la pelea que tiene el deportista siempre, el decir: ‘Puedo, puedo, puedo...’ y otra vez me recuerdo que puedo.
-¿En qué momento clave de la temporada pensó que se iban a salvar?
-Yo creo que el gol de Alberto Marí en Balaídos fue un paso importante. Dio mucha confianza. Es verdad que luego había que seguir ganando. Cuando estás en esta situación, te vas agarrando a detalles, a mirar a cualquier cosa para animarte. Pero sí que es verdad que el resultado del día del Celta fue un aldabonazo y a nosotros nos dio mucha confianza y mucha moral.
-Finalmente se consigue en la última jornada matemáticamente. ¿Qué sentimiento tiene en ese momento que dice: ‘Ya lo hemos conseguido’?
-Un sentimiento de liberación, de desahogo, del objetivo cumplido, de devolver la confianza que nos habían dado. De contribuir con el granito de arena, que era la idea desde el momento en que a mí me llamaron. Pues todo ese conjunto de sentimientos. Y sobre todo, de paz y de decir: ‘Bueno, hemos evitado el drama’.
-¿Desde cuándo sabe su amigo, el Pipo Baraja, que usted no iba a seguir?
-Bueno, él lo sabe desde el primer momento. Pero sí que es verdad que él habla conmigo para seguir, para trabajar juntos, intenta convencerme por activa y por pasiva pero él sabe también que cuando me llama en el primer momento, no voy a dudar y también sabe que yo lo que le digo, luego lo cumplo. Era difícil que yo cambiara mi palabra.
-¿Tuvo alguna tentación?
-Cuando tomo la decisión, la tomo con todas las de la ley. Es verdad que la empresa es muy apetecible, que es muy ilusionante, que para nosotros representar al Valencia es un gran orgullo. Pero bueno, por circunstancias lo tenía claro. La vida viene como viene y en ese momento, pues, si sé que en vez de dar el 120%, voy a dar el 99%, pues, simplemente digo que no.
-¿Si le volvieran a llamar, volvería a hacerlo?
-No me he visto en el momento. No me gusta decir: ‘Yo haría...’. En el momento me tengo que ver, pero seguramente con los mismos condicionantes y las mismas reglas del juego, pues seguramente diría que sí.
-¿Cómo ve ahora, desde la distancia, al Valencia?
-Hombre, pues siento que parece que esté en el banquillo todavía. Lo siento muy cerca, siento que estoy ahí.
-Que una parte de esto es suya...
-Sí, sí, totalmente. Siento que estoy ahí y además como conozco a los chicos, estoy muy cerca de ellos. Eso es lo que siento. Me alegro, evidentemente, de cómo están, de no pelear por lo que peleamos hace unos meses y pelear por cotas más importantes. Me alegro una auténtica barbaridad por todo, por el club, por los chavales, por el Pipo, que se lo merece, que ha hecho un gran trabajo.
-Ha hablado de los chicos, que evidentemente es lo que ahora se habla. ¿Si tuviera que escoger a uno, no por ser el mejor, sino por cualquier otra circunstancia personal que vivió, cuál sería?
-Mira, yo me fui con una pena, y la pena fue no haberle dado la oportunidad a Mosquera. Porque es un chico para quererlo, de verdad, de diez puntos. Pero no terminaba de darse la oportunidad, no terminamos de verlo... Bueno, y ahí me quedé un poquito... Y claro, y verlo este año cómo está, asentado con ese poso... yo me alegro muchísimo, me alegro por todos pero me quedé con esa espinita y el verlo cómo está hoy me da tranquilidad.
-¿Su historia con el Valencia es una historia sin cerrar?
-No tiene por qué. Pues creo que tengo la puerta abierta y cuando nos necesitemos, o por mi parte, cuando el club me necesite, estaré seguramente ahí. Yo no puedo cerrarle la puerta al aire, no me cabe la cabeza. Entonces, ¿que es una historia inacabada? Pues no sé, el futuro lo sabrá, el futuro lo dirá, pero siempre, ya te digo, yo intento ser agradecido y si me requieren en algún momento, el cariño y el agradecimiento pesaría mucho. Pero el futuro es futuro, nadie lo sabe.
-¿Cree que puede acabar el Valencia en Europa?
-Creo que cuando uno pierde la perspectiva de dónde viene, pierde el norte. Uno tiene que saber de dónde viene, de lo que ha avanzado, de mirar un poco para atrás. Eso no quiere decir que no sea ambicioso. Pero creo que el crecimiento hay que hacerlo con paso firme. No se puede pasar de pelear por el descenso en las últimas jornadas, como hemos comentado, a querer meterte en Champions. El crecimiento con un pasado, y bien hecho, creo que se asienta mejor, es mi opinión. Que sucede, evidentemente bienvenidos. Ni desde fuera ni desde dentro, es mi visión. Los crecimientos hay que hacerlos con base bien fundamentada.
-¿Habla mucho con el Pipo todavía?
-Sí, sí, hablo con él, y casi siempre es para darle la enhorabuena. Me alegro mucho.
-Y ahora llega el Valencia-Sevilla. ¿Cómo ve el partido?
-Son dos equipos con diferentes trayectorias en esta Liga. Pero parece que el Sevilla ha recobrado la confianza con los últimos resultados ante un Valencia que viene haciendo una gran temporada, con un equipo joven dinámico, atrevido... todo esto que te da la juventud. Así que creo que va a ser un bonito espectáculo y se reencuentran dos equipos que se conocen muy bien. Dos equipos de categoría que le dan mucho potencial a esta Liga.
-¿Cómo ve a Sergio Ramos en su retorno al Sevilla?
-Los que tenemos la suerte de conocer a Sergio Ramos desde muy pequeñito sabemos que es un líder y un ganador nato. A este tipo de gente me gusta tenerlos cerca. Sergio contagia todo esto. Y además siendo sevillano, con el esfuerzo que está haciendo para estar en el equipo, le da mucho empaque. En estos momentos difíciles, tener personas como Sergio, como Jesús, que conocen el club, que conocen la profesión, que tienen esa mentalidad ganadora... le vienen muy bien al equipo.
-¿Y la Selección? ¿La ve con opciones de ganar la Eurocopa?
-Yo tengo muchas esperanzas. Hay una mezcla muy interesante de gente muy experimentada que lleva varios torneos grandes con gente muy joven, muy atrevida y talentosa, pero quienes también tienen experiencia en la Liga y en campeonatos inferiores. Creo que va a ser una Eurocopa propicia para España. Tienen un entrenador que les conoce mucho, que les da mucha confianza. Es un equipo que me gusta verlo y lo disfruto. Ojalá sea este año el año de España y volvamos a ser campeones. Sería una fantástica noticia.
-¿Cómo le van esos proyectos personales por los que volvió a Sevilla?
-Bien. Estoy con una academia, formación de niños... me gusta mucho también el tema mental de los jugadores, yo siempre digo que hay algo ahí que al futbolista hay que sacarle y hay que intentarlo entre todos. Y bueno, tengo un proyecto en la Liga con jugadores para tratar el tema mental, tengo un proyecto con la Junta de ayudar a chavales, que vayan creciendo. Bueno, me gustan todo este tipo de proyectos.