Manu Pozo, explosividad y golpeo al servicio de Pacheta
El extremo zurdo del Real Valladolid Promesas está siendo una de las revelaciones de la temporada, condición que, ante las bajas, le lleva a Vigo.
Hace semanas, José Rojo Pacheta lanzó en rueda de prensa un mensaje utilizando segunda persona del singular que parecía dicho a la cara de sus canteranos: “Estás muy cerca de venir. No bajes los brazos. Esfuérzate, que puede venir cualquiera. Mientras estás en el Real Valladolid, estás muy cerca del primer equipo”. Aquel mensaje, que fue aplaudido por la afición, lo escuchó con atención el último de los jugadores de la base que, en efecto, va a estar a sus órdenes.
Manu Pozo, extremo zurdo del Promesas, es el siguiente de los integrantes del filial que formarán parte de una citación del técnico, como confirmó este viernes en rueda de prensa, como alternativa para un costado debilitado de cara al partido ante el Celta por las bajas de Kenedy y Machis y las molestias de Iván Sánchez. El andaluz, que llegó el pasado verano a Los Anexos, está siendo una de las revelaciones del conjunto de Baptista, al que ha aportado seis goles y dos asistencias.
Esa capacidad para ver puerta y hacer números la viene demostrando desde que, apenas con 19 años, salió de casa por primera vez. Dos graves lesiones en su último año como juvenil frenaron su desequilibrio e hicieron que el Betis, cuyos colores defendía cuando estuvo seis meses fuera por sendos problemas en el peroné y en el hombro, no apostara por él. Cambió Andalucía por Asturias, por un vestuario alejado del que se le presuponía en cuanto a edad, en un Covadonga con el que descendería de la Segunda División B, eso sí, dejando una grata imagen.
Mareo le abrió las puertas la pasada campaña; recaló en el filial del Sporting en la Tercera RFEF, donde continuó con su progresión. Vio puerta con mayor asiduidad, multiplicó los tres goles por cuatro hasta alcanzar la docena y se convirtió en uno de los máximos goleadores del segundo equipo rojiblanco. Hasta que el Real Valladolid se cruzó en su camino. En un traspaso que sorprendió en clave sportinguista, el conjunto blanquivioleta se garantizó sus servicios hasta 2025.
Y, hasta la fecha, su rendimiento difícilmente podría ser mejor. Desde que inauguró su tarjeta goleadora contra el Zamora ha alcanzado los seis tantos, que decora con varias asistencias. La forma en que llegaron los goles, además, define bien lo que es, un jugador móvil, explosivo, con capacidad para cargar área y con precisión en el disparo exterior. Así, tres de las anotaciones llegaron desde la frontal, dos con tiros ajustados al palo y otro desde la frontal, mientras que en otros dos apareció en transición, asomando desde la segunda línea. El restante, un rechazo, cazado con fe, tras despejar el portero.
De hecho, buena parte de esas situaciones, así como de otras peligrosas que ha podido generar, han llegado en acciones en las que ha podido recibir en ventaja, con metros por delante para correr con el balón cosido al pie, normalmente, con tendencia a ir de fuera hacia adentro y en su lateralidad contraria, por banda derecha, donde se suele mover. En ese tipo de jugadas, busca aprovechar, primero, su explosividad, pues tiene una arrancada fuerte, y después, su desequilibrio, que expone principalmente gracias a su agilidad y talento.
Si bien el de Casariche tiene esa habilidad para picar al espacio y para asomar en zonas de finalización, en sus primeros meses como futbolista blanquivioleta ha mostrado otra faceta distinta con balón, como es su capacidad para aparecer interlineado y para combinar en tres cuartos de campo, a menudo perfilado de tal modo que puede habilitar el juego interior. Esta circunstancia viene propiciada por su hábito a jugar a banda cambiada, al contrario de lo que parece que podría suceder a las órdenes de Pacheta. Y es que, además de ser zurdo, es el extremo titular del Promesas que puede disponer el técnico, dado que Arroyo, que es quien juega por izquierda, cayó lesionado el pasado fin de semana en el triunfo ante el Bergantiños.