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ESPANYOL

Luis García reemplazará a Diego Martínez en el Espanyol este lunes

La destitución del actual entrenador está pendiente sólo de matices legales, tras lo cual firmará el exfutbolista y hasta ahora técnico del Madrid C, cuyo objetivo será atar la permanencia.

Actualizado a
29/04/18 ESPANYOL
LUIS GARCIA EX JUGADOR ESPANYOL EN ESTADIO CORNELLA EL PRAT RCDE STADIUM

FOTO ENVIADA POR IVAN MOLERO
DIARIO AS

Lo que era una confianza plena no hace ni dos semanas, cuando desde el club se aseguró por activa y por pasiva que ni se había contemplado su salida y que se le mantendría en el cargo hasta el final de la temporada, está a punto de convertirse en una destitución fulminante. Un único partido, el Girona-Espanyol (2-1), a tenor de un club que sigue dando tumbos como viene haciendo desde el aterrizaje de Chen Yansheng, en 2016, ha desencadenado que el entrenador llamado a comandar el gran proyecto del salto, Diego Martínez, haya sido cesado virtualmente, a la espera de asuntos legales para oficializarlo este lunes por la mañana. De su emblemática frase “jodido pero contento” con la que resumió el mercado de fichajes estival ahora tan sólo quedará una parte. Y su sustituto está decidido.

La planificación de la plantilla, con casi una cuarentena de movimientos entre verano e invierno pero con alarmantes desequilibrios y carencias, se lleva buena parte de la culpa. Y es por ello que el director deportivo, Domingo Catoira, reúne todos los boletos para seguir los pasos del entrenador, aunque sin tantísima urgencia. Pero no menos cierto es que Diego Martínez, a ojos del club y del entorno, no ha acabado de adaptarse a los perfiles que reunía la plantilla. Que tras su “año sembrático”, tras la exitosa etapa en el Granada, no se ha convertido en el técnico de impacto que de él se esperaba. Que sí ha mantenido a la plantilla convencida, de su lado, pero que ha sido más motivador que especialista en lo táctico, empezando por la defensa, que se suponía una de sus especialidades.

Poco ha tenido que ver la realidad con el proyecto que se le encomendó para convencerle de que firmara hasta 2024, y por ello muy pronto habló Diego Martínez de “reajustar expectativas”, pero tampoco el preparador ha conseguido en ningún momento alejarse de la zona de peligro, con la que lleva flirteando desde el inicio de temporada si bien nunca hasta ahora había encadenado cuatro derrotas que empujan al equipo hacia el precipicio. De ahí el pánico, el giro brusco de timón de un club que decía confiar en él y la decisión, gestada desde el RCDE Stadium, y meditada en última instancia por el presidente y propietario.

Diego Martínez, en el túnel de vestuarios del RCDE Stadium.
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Diego Martínez, en el túnel de vestuarios del RCDE Stadium.PAU BARRENAAFP

Ese mismo recorrido, desde el CEO, Mao Ye, hacia Chen, ha seguido la recomendación como reemplazo de un Luis García al que ambos seguían de antemano, previamente al nombramiento del propio Diego Martínez, y que sin dejar de ser una apuesta arriesgada porque no ha comandado a ningún equipo profesional sí se considera la elección adecuada. Por su idea de juego, la aceptación previsible entre la plantilla, por el factor emocional y por la conexión inmediata con una afición que ya ha expresado su hartazgo total con la deriva del proyecto. Su contratación es poco menos que un hecho. No en vano, la previsión es que se firme y anuncie a lo largo del lunes, para que pueda comandar su primer entrenamiento el martes por la mañana.

Exjugador perico entre 2005 y 2011, icono blanquiazul y dueño de la puerta 44 del RCDE Stadium, el autor de la frase “lo mejor de Barcelona es ser del Espanyol” se encuentra desde el pasado verano entrenando al RSC Internacional, que es como se llama al Real Madrid C, con el que en Tercera RFEF lleva 61 puntos en 27 jornadas (19 victorias, cuatro empates y cuatro derrotas), con un implacable balance de goles: 68 a favor, 25 en contra. Antes dirigió al Sub-21 del KAS Eupen, cuando aún jugaba en el primer equipo, y a la Damm, al que clasificó para la Copa del Rey juvenil por tercera vez en más de seis décadas de historia. Ahora puede hacer historia, pero de otro tipo.