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BARCELONA

Los Joãos multiplican al Barça

Félix y Cancelo dan nuevos registros que, si son bien aprovechados, meterán al campeón de Liga en otra dimensión y permitirá a Xavi competir en Europa.

Actualizado a

Aunque sacar conclusiones de un solo partido suele resultar equívoco, más con la debilidad que mostró el Betis, fueron tantas cosas las que los Joãos le dieron al Barça en su primer partido ‘real’ después del precipitado estreno de Pamplona, que la sensación a primera vista fue fabulosa. Por encima de todo, se apreció talento. Nadie lo explicó mejor que Xavi al final del partido. “Los dos hacen mejores al equipo; su calidad es un plus porque son capaces de desbordar, romper líneas…”.

El partido de los Joãos, Cancelo y Félix, transportó a la rueda de prensa de presentación de Deco el pasado miércoles. El nuevo director deportivo del Barça habló de equilibrar la plantilla; y no precisamente hablaba de tener dos jugadores por puesto. Al Barça del año pasado se le echó en falta imaginación y creatividad. Fue un equipo plano, previsible. Y hasta aburrido muchos días, más allá de que ganase más o menos partidos 0-1. Le faltaba inventiva, chispa, y, tal vez, eso fue detectado por Xavi para protegerse y ganar así, a través de la defensa. João Félix y João Cancelo, como también Gündogan, dan un chute de imaginación al equipo.

El lateral, 29 años, demostró ser un prodigio. Ya se veía venir en sus años en el Valencia. Ahora, casi en la treintena, es un lateral que, además de flotar en el campo por lo fácil que avanza metros con el balón en los pies y lo sencillo que puede llegar a jugar, ha desarrollado un gran instinto táctico (la huella de Guardiola) que le permite darle un registro distinto al equipo donde juega (ya lo demostró en el Manchester City) con una aparente anarquía que, sin embargo, convierte en recursos tácticos. Cancelo se mete en el medio para crear superioridad en el centro del campo; pero también es capaz de hacer un movimiento al espacio sin balón en el lateral derecho, ofrecerle una salida al compañero, volar en una conducción y terminar en la posición de extremo izquierdo. Si alguien revisita el partido contra el Betis, verá cómo hizo esas dos cosas. Su gol fue casi anecdótico porque el Barça estaba iluminado y no es su tarea. Pero dejó aroma de jugador grande porque, además de calidad, demostró arrojo en cada duelo, una etiqueta inequívocamente británica del fútbol de Premier; y hasta sacó ese lado “canallita” para tirarle un caño pisado de barrio a Rodri. Y luego, antes de que le cazasen, sacarse el balón de encima para dárselo a Yamal. Calle pura.

João Félix estuvo también brillante y confirmó punto por punto todo lo que se sospecha de él. Desborda talento. Es capaz de hacer el fútbol fácil y bonito, sin necesidad de estridencias. Como en el gol, o en ese simple gesto de dejar pasar el balón entre sus piernas en el 2-0 de Lewandowski. Ese es el mejor João Félix, el que no se pierde en arabescos, ni se lamenta por un golpe en la cara mientras la acción se desarrolla en otro lugar del campo. El João Félix que se dedica a jugar y pone el balón al espacio donde quiere porque tiene ese don. El que necesita el Barça para ganar partidos en días grandes y el que definirá, en esta temporada bisagra, cuál es su escalafón real en el fútbol mundial. La cultura histórico de juego del Barça le va a ayudar. Y, posiblemente, también su posición en el campo. Partiendo de esa posición híbrida entre extremo, interior y mediapunta en ese cuadrado que imagina Xavi para el Barça, João Félix se siente muy cómodo.

Ante el Betis quedó claro que el Barça puede entrar en una nueva dimensión con los dos Joãos. Hay quien puede buscarle la cara B a la historia. Sus ‘antecedentes’ como jugadores en momentos problemáticos les preceden. No han sido capaces de hacer vestuario en situaciones delicadas para ellos; y eso siempre se mira con recelo intramuros. Pero el Barça confía en que todo sea distinto este curso. Primero, porque los dos tenían la aspiración de vestir la camiseta azulgrana y han llegado motivados y con ganas de reconocimiento mundial. Segundo, porque la presencia de Deco, amigo íntimo de Jorge Mendes, agente de ambos, puede pesar mucho a la hora de vigilar la conducta de los jugadores; y, al tiempo, de hacerlos felices y llevarlos por el buen camino. Tercero, porque los dos tienen sólo un año de cesión al vacío y necesitan ponerse en el escaparate. Para eso hay muy pocos clubes mejores que el Barça. Tal vez los dos hayan caído de pie y este sea, para ellos, el sitio donde vivir. De momento, ya han puesto en pie al barcelonismo un día y las expectativas, porque así va el fútbol, se han desatado.