Los fichajes condicionan la táctica de Ancelotti
Rüdiger y Tchouameni, futbolistas modernos de gran despliegue físico y energía, abren un abanico de posibilidades para el técnico italiano. Ahora el 3-5-2 es factible.
Con Rüdiger (29 años), el Real Madrid ha contratado a un defensa absolutamente polivalente. Puede jugar en los dos laterales, especialmente en el zurdo, y en el puesto de central. Y con su llegada, Ancelotti ve cómo las posibilidades tácticas se amplían, pues ahora, la opción de jugar con tres centrales y dos carrileros largos, es muy real. Rüdiger jugó con ese dibujo los primeros años de su explosión como futbolista profesional, primero en el Roma, con Luciano Spalletti, y luego en el Chelsea, de la mano de Antonio Conte. Spalletti se enamoró del juego del alemán, pero el Roma (en aquel momento, con Monchi como director deportivo), se vio obligado a venderlo al Chelsea para cuadrar las cuentas porque Kostas Manolas no quiso firmar con el Zenit. “Si la idea del entrenador está clara y el plan de juego nítido, no importa actuar en la posición del tres (lateral) o del cuatro (central zurdo)”, ha llegado a señalar el berlinés recientemente. “Para un defensa no hay nada más importante que dejar la portería a cero”.
Rüdiger siempre se ha mostrado como un enamorado de la presión alta, quizá porque su físico le permite llegar veloz donde la acción se desarrolla: “Me gusta. Presionar está en mi ADN. Pero he de decirlo, todo el mundo debe estar enchufado. No puede haber ninguna cagada. Cualquier pequeño detalle que no hagas bien te puede costar muy caro. Si uno se duerme, puede ser un caos”, afirmó hace unos meses Rüdiger.
Por su parte, Tchouameni (22) es uno de los jugadores más físicos que estaban actuando en Francia. Le ha quitado el puesto a Pogba y se perfila como titular en el próximo Mundial de Qatar. En el Mónaco, de la mano del técnico Clement, ha jugado como pivote defensivo en el 4-3-3 pero también, muchos partidos, compartiendo trivote con Fofana y Jean Lucas en un 3-5-2. Así que los mecanismos de los dos dibujos le son familiares.
Ancelotti ya dijo la temporada pasada que “el 4-3-3 es el sistema que mejor se ajusta a este Real Madrid”. Pero terminó jugando los partidos importantes (final de la Champions incluida ante el Liverpool) con un 4-4-2 en el que aparece Valverde reforzando el flanco derecho. Ahora, incluso, la plantilla es distinta. Han llegado dos refuerzos, Toni Rüdiger y Tchouameni, de mucho músculo, despliegue y energía. Y todo puede cambiar.
La línea de tres es factible.
Sobre todo, viable cuando no esté Vinicius si Ancelotti quiere jugar con Hazard y Benzema en punta. Alaba, el que tiene mejor pie de los de atrás, en el rol de líbero que inicia el juego y flanqueado por Rüdiger y Militao (o Nacho). Mendy y Carvajal (o Lucas Vázquez) en las alas y varias posibilidades en el centro del campo, que se puede sostener con un sólo pivote.