Los buenos augurios del Girona

Para un recién ascendido la primera temporada en Primera siempre es dura. Hay que adaptar equipo y club, además de hacer frente a rivales de mucha más entidad. Por eso es importante, más si cabe, empezar con buen pie. Sumar un buen cojín de puntos que evite el nerviosismo acostumbra a ser clave para mantener al entrenador, el bloque y, a la postre, al equipo en Primera. Y en ello está el Girona.

Esta temporada no es la del debut del conjunto catalán en la categoría, pues ya militó en dos ocasiones en Primera, la 17-18 y la 18-19. Fue el primer ascenso del club y en la primera temporada se logró la salvación de manera holgada, con 51 puntos, acabando más cerca de los puestos europeos que del descenso. Pues bien, este curso, por el momento, supera en resultados al equipo de Machín. En aquella ocasión el Girona sumó cinco puntos en los primeros seis partidos, siendo decimoséptimo y estando a solo un punto del descenso. El Girona es hoy undécimo, con siete puntos y a tres del que sería hoy el primer descendido.

Pero es que además de superar al mejor Girona de siempre, el conjunto de Míchel también aventaja a los otros dos recién ascendidos, Almería y Valladolid. Por poco, cierto, pero está por encima. Los vallisoletanos serían hoy el primer equipo que perdería la categoría con cuatro puntos mientras que los almerienses son decimosextos con exactamente el mismo puntaje. El Girona les aventaja en una victoria.

Los buenos augurios, además, también podemos encontrarlos en el banquillo. Esta es la tercera temporada de Míchel al frente de un equipo en Primera y supera sus propios registros con Rayo y Huesca. En ambas ocasiones, en la jornada seis, atesoraba cinco puntos, dos menos que ahora. Dos experiencias que no acabaron bien ni para el técnico (fue destituido) ni para los clubes (acabaron descendiendo) pero que tienen que servir para que el Girona, y Míchel, se salven de la quema. Van por buen camino.