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Lejos de lo necesario para competir en Primera

Decepcionante puesta en escena del Real Valladolid en su regreso a Primera. Se esperaba bastante más de los de Pacheta a la hora de tratar de plantar cara al Villarreal al que respetaron más de la cuenta. Lo visto el sábado en Zorrilla deja en evidencia que el actual Valladolid está todavía bastante lejos del nivel mínimo exigible para luchar por la permanencia. Con escasos argumentos ofensivos, Sergio León fue un naufrago en toda la primera parte, sin laterales que doblaran y llegaran a la línea de fondo, sin extremos que desbordaran… Las principales virtudes fueron el orden defensivo y la capacidad para que el rival no creara ocasiones de gol. Jugando así, con un delantero aislado, como ya se estaba comprobando en la pretemporada, es imprescindible que tanto por bandas como por el centro lleguen más jugadores arriba. Si esto no ocurre, las posibilidades de hacer gol son mínimas.

La salida tras el gol visitante de Kike e Iván Sánchez mejoró los parámetros ofensivos hasta el punto de que pudo llegar el empate. Si el Villarreal no llega a adelantarse en el marcador es muy probable que esos buenos minutos ofensivos no hubieran aparecido. Pero la pegada amarilla sentenció después para dejar a los pucelanos con un duro 0-3 para abrir temporada. Decepción.

Hasta aquí los hechos, lo que pasó y lo que todos vimos. Otra cosa es el análisis general que cada uno quiera hacer después de que se haya jugado nada más que una jornada. Es evidente que hay futbolistas que no están en su mejor momento físico y que poco a poco lo irán alcanzando. A pesar de las dificultades económicas con el límite salarial, apuesto por que llegarán tres hombres más antes del cierre del mercado, posiblemente central, extremo y delantero. La aparición de Malsa puede dar consistencia a un medio campo que necesita ser más contundente y fornido. Parejo y Capoue se merendaron a Mesa, Aguado y Monchu. Es necesario reafirmar la seguridad defensiva. El despiste de Joaquín en el primer gol, la facilidad con la que Pino superó a un Escudero que sufrió mucho atrás o permitir lanzar sin oposición a Alex Baena en el tercer gol, son cosas que en Primera te penalizan en exceso dada la calidad de los rivales. Y así ocurrió.

Confío en que, poco a poco, el Real Valladolid vaya mejorando todas esas cosas. Se ha jugado solo una jornada, ahora viene un calendario más exigente aún y cuanto antes se vayan puliendo todos los defectos mucho mejor. Pero es evidente que al equipo le falta bastante y que la Dirección Deportiva tiene que reforzar más la plantilla.

Por cierto, no entiendo muy bien el asunto Guardiola. O es un problema de disciplina o comportamiento, o mientras el club le esté pagando, que pueda participar. Tener en la grada, esperando a que pueda llegar una opción de salida, a un jugador que el año pasado hizo ocho goles en Primera y con Weissman lesionado, me parece un lujo que el Real Valladolid no se puede permitir. Sobre todo tras ver el pobre rendimiento ofensivo de toda la pretemporada y del pasado sábado ante el Villarreal.

Pero que no cunda el pánico. Lo mejor de todo es que a 15 de agosto se han evidenciado bien los problemas y que hay tiempo para buscar las soluciones. El respaldo de casi 23.000 abonados obliga a jugadores, entrenador y club a echar el resto para estar a la altura de su afición. Queremos que el Valladolid haya vuelto a Primera para quedarse y para hacer disfrutar a su público. Y los primeros que lo quieren son los propios futbolistas y todo el club. Es momento de ver lo que pasa, sin una venda en los ojos, pero de unir fuerzas para que llegue lo mejor.