Las revoluciones incompletas de Pellegrini y Míchel
Cambio de eras en Betis y Girona sin Guido, Ayoze, Savinho o Dovbyk. Sus técnicos reinan, pero demandan más armas para competir. Isco no llega a tiempo.
Ya no hay pruebas para nadie. Betis y Girona estrenan hoy sus puzles incompletos para probar si tienen ya garantías para triunfar. Dos proyectos en construcción que se vieron obligados a una revolución. Yan Couto, Aleix García, Eric, Savinho o Dovbyk son algunas de piezas que dijeron adiós al equipo de los récords. Pezzella, Guido, Ayoze o Willian José hicieron lo propio en las filas verdiblancas. El presente no se parece al pasado por mucho que, a veces, pretenda parecerse a él. Pellegrini y Míchel manejan los barcos y en ese factor radica quizás la confianza de ambas aficiones por lo que pueda venir. Uno quiere fabricar el enésimo proyecto europeo tras cuatro años de éxito. Otro quiere demostrar que el billete Champions no fue ninguna casualidad. ¿Tienen armas para ello? Quizás aún no.
Los técnicos de Betis y Girona vieron cómo el verano les arrebató jugadores de enorme peso en sus éxitos recientes. Hay aún un plan incompleto en los dibujos de ambos, pero ellos fueron capaces en otros momentos de corregir deficiencias con su fútbol. El del atrevimiento. El que nunca dice no al balón. El que se agarra al talento y se alía con la emoción. De poco les sirve llorar por la pérdida del campeón Ayoze o del pichichi Dovbyk. Ellos no escribirán más páginas de historia en Betis y Girona.
La campana suena quizás demasiado pronto para ambos contendientes. Pellegrini espera a su ansiado delantero mientras improvisa sobre el césped. Aitor Ruibal es su último invento, ese jugador capaz de dejar el extremo y convertirse en lateral derecho: Ahora el chileno lo transformó en nueve. Y a él se agarra para olvidar que no tiene arietes disponibles en su plantilla. Fekir es el líder a la espera de Isco y el francés tiene la inmejorable oportunidad de reivindicarse ante aquellas voces que susurran vientos de un posible adiós. Hay caras nuevas que ilusionan, pero también regresos que esperanzan como el de Juanmi.
El Girona multiplica incógnitas. Míchel duda mientras trata de que su plantel se asemeje al de siempre sobre el campo pese a que su columna vertebral cambie casi por completo. ¿Hasta dónde puede permanecer un estilo? Van de Beek, Oriol Romeu o Bryan Gil quieren consolidar al modesto en las alturas por las que tanto costó volar. El Villamarín mide hoy dos revoluciones incompletas bajo una premisa incuestionable: Es la hora de la verdad.
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