La semana de Ramos y Quique
Sin nada ya en juego, el Sevilla se centra en la continuidad del entrenador y del líder del equipo. El futuro de ambos pilares está todavía en el aire.
Una semana después de confirmar la permanencia matemática en Primera División, el Sevilla perdió en Villarreal las pocas y utópicas oportunidades que había de pisar competición europea la próxima temporada. Los tres partidos que quedan sólo servirán para definir la posición del equipo en la tabla. Si queda del 10º para arriba, Quique Sánchez-Flores habrá obtenido la renovación automática hasta 2025... aunque no dependerá de eso si el técnico madrileño sigue o no la próxima campaña en Nervión.
Parece increíble que a estas alturas no se tenga claro ya en el Sánchez-Pizjuán quién llevará el timón del equipo a partir de julio. Aunque la gran racha de los últimos encuentros haya convertido a Quique en el preferido para algunos de los que más mandan, desde la planta noble se afirma que aún no se da nada por decidido. El madrileño se ha declarado feliz en Nervión, aunque tampoco las tiene todas consigo: durante ciertas fases de la campaña no ha habido sintonía con el director deportivo, Víctor Orta, y no quiere que se repita lo que ya ocurrió en el Getafe con Ramón Planes.
Y mientras se discute el futuro de Quique aparece otra patata caliente sobre la mesa: Sergio Ramos. Las grandes actuaciones del defensa camero y su liderazgo sobre el campo y en el vestuario también han sido fundamentales para que el Sevilla consiguiera mantener la categoría, al final con cierta comodidad. Pero el de Camas termina su vinculación el 30 de junio y dispone de ofertas importantes en Arabia Saudí y la Major League Soccer norteamericana.
Con un sueldo extrañamente bajo en esta última temporada, de apenas un millón bruto más objetivos, a Sergio le gustaría al menos que el Sevilla tuviera un gesto hacia él. Pero ni así andaría claro que continúe un año más vestido de blanco, porque también importará un proyecto deportivo que a día de hoy, con la necesidad de recortar el gasto en plantilla de manera drástica, no se prevé demasiado halagüeño.
Igualmente habrá que ver qué ocurre con Jesús Navas, otro veterano al que quedan apenas unas semanas de contrato. El capitán, que apunta a ir a la Eurocopa con España, también espera cariño desde la entidad mientras le llegan ofertas de todo tipo. Con todo, y aunque para seguir en el Sevilla tenga que bajarse el salario considerablemente, todos esperan que Jesús finalmente decida quedarse: después de cuatro años en el Manchester City, su deseo vital y familiar consiste en no moverse más de su Los Palacios natal.
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