La revancha del Halcón herido
Fede Valverde regresa a Madrid tras la decepción de Uruguay en Qatar con el reto de mantener su racha goleadora de blanco y el sueño de liderar el nuevo proyecto charrúa que ahora arranca.
La temporada de Fede Valverde hasta el Mundial era de ensueño, pero Qatar 2022 ha supuesto un bache en el camino del uruguayo, que ahora regresa al Real Madrid con el dolor de no haber podido ni siquiera pasar la primera ronda de la Copa del Mundo. Llegó Valverde a este Mundial con Uruguay con la mejor carta de presentación posible: 8 goles y 4 asistencias hasta el momento de blanco, pulverizando sus registros del pasado y siendo señalado como uno de los medios en mejor forma del momento en todo el mundo.
En el Mundial lo ha jugado todo, ha sido titular en los tres partidos y ha completado los tres, aunque no ha podido marcar: en el debut ante Corea del Sur estuvo a punto de decantar el duelo al final, con un zapatazo que se estrelló en el poste. Pero, en general, ha sido de los destacados de Uruguay: ha realizado siete disparos en total, dos de ellos a puerta, en 270 minutos, y entregó bien el 86% de los pases (155 de 180); recuperó un balón cada 14 minutos y perdió la posesión cada 7′. Su nivel, claro está, no fue el que muestra en el Madrid, mucho menos arropado por el equipo en el caso de una selección charrúa que se ha estrellado en la primera curva.
A sus 24 años, Valverde ha disputado su primer Mundial y la decepción de no llegar ni siquiera a octavos ha herido al Halcón: “Nos vamos con una tristeza increíble, queremos darle las gracias a toda la gente que nos ha apoyado. Tenemos mucha tristeza por no haber podido dar una alegría al país, que se la merece. Somos un grupo increíble de compañeros”. Tan responsabilizado estuvo del mal papel de Uruguay en el Mundial que no quiso hablar del árbitro, pese a que varios de sus compañeros sí reclamaron dos posibles penaltis en el duelo ante Ghana que hubiesen podido suponer el pase de los charrúas a octavos.
“Un referente con el Madrid y con Uruguay”
Ahora llega el momento de la revancha para Valverde, en un clima mucho más habitable para adaptar su juego como es el Real Madrid. Cabe recordar que tiene una apuesta con Ancelotti: “Le dije que si no es capaz de marcar al menos 10 goles por temporada, yo tengo que romper mi carnet de entrenador”, dijo el técnico en el inicio de curso. Tiene toda la pinta de que esa cifra va a quedar atrás pronto. El reto ahora es recuperar el liderato en Liga e intentar finalizar la temporada a este nivel, tanto individual como colectivamente: pese a lo visto hasta el momento, si el curso acaba sin títulos temblarán los cimientos del proyecto, como siempre sucede en el Madrid.
En una entrevista con AS antes de la última final de la Champions, Valverde confesaba su objetivo último: “Mi meta es acabar siendo un referente, con el Madrid y con Uruguay”. De blanco el objetivo está casi cumplido, ya ha logrado romper esa barrera psicológica para colarse en el once ideal de Ancelotti y es uno de los favoritos de la afición.
Y con Uruguay, está todo por hacer. Este Mundial ha supuesto el final de una era, el cierre para aquella generación que logró meterse en las semifinales del Mundial de Sudáfrica 2010. El proyecto nuevo dejará atrás a los Godín, Cavani, Suárez y compañía y se basará en jóvenes de gran proyección como Bentancur, Araújo, Darwin Núñez, Giménez (aún pendiente de la sanción que le impondrá FIFA)... y Valverde. El Halcón ha vuelto herido a Madrid, pero él mismo sabe que lo tiene todo para alzar el vuelo de nuevo.