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VALENCIA

La resiliencia de Pepelu

El dianense asume con valentía todos los retos que conlleva su fichaje por el Valencia. El conjunto che cierra con Pepelu la ‘búsqueda’ de un ‘6′.

El Valencia presenta al centrocampista Pepelu García como jugador del club hasta junio de 2028, por el que ha abonado al Levante cinco millones de euros. EFE/ Ana Escobar
Ana EscobarEFE

Valencia amaneció el viernes con tres pancartas en diferentes puntos de la ciudad con mensajes críticos hacia Pepelu. Se entiende que eran de aficionados del Levante molestos por su decisión de fichar por el Valencia, aunque las pancartas eran anónimas como la mayoría de los innumerables comentarios vejatorios hacia su persona que ha recibido en sus redes sociales, unas cuentas que el futbolista ha mantenido abiertas pese a los muchos males que le han deseado. A esos mensajes viscerales se refería cuando comentó en su presentación que la “opinión de la gente me da igual”. Él respeta su pasado (“no me veo como un traidor”), pero se centra en su futuro: “Estoy aquí para dejarme la piel”.

José Luis García Vayá, que es como se llama el chaval que nació en Denia, cumplirá el próximo 11 de agosto 25 años. Así que está en el ecuador de la vida de un futbolista, en una edad en la que tiene todo por decir y, a su vez, ya ha vivido suficientes experiencias de las que curten el carácter de un jugador. A Pepelu nadie en el Levante le ha regalado nada. Inclusive durante algunas semanas en 2021 entrenó en solitario y sin ser inscrito en las primeras jornadas. El jugador, como canterano, siempre tuvo el cariño de la grada de Orriols, aunque para tener la regularidad en el campo y el respaldo sin fisuras del club de los últimos dos años tuvo que dar vueltas por el Hércules, Tondela y Vitoria de Guimaraes.

Pepelu, que hizo temblar el larguero de Orriols con un zapatazo desde la frontal en el decisivo partido contra el Alavés, un gol que hubiera aliviado el presente del Levante y seguramente no hubiese alterado su vida, entendía que había llegado el momento de cambiar de aires y dar el salto a Primera División, una oportunidad que le ofreció el Valencia. La cláusula que en su día le firmó el Levante era en sí misma un reclamo. De hecho, el club de Mestalla, tieso como tantos, asumió pagarla (inclusive añadió cerca de 100.000 euros más) y el Levante, prueba de que necesitaba la venta, aceptó negociar el pago en tres plazos. Así, las tres partes, contentas.

Pepelu recala en un Valencia que tiene hoy más historia que presente. El dianense cruza la Avenida de Primado Reig rumbo a Mestalla en un contexto social y deportivo de la entidad valencianista muy diferente al de Vicente Rodríguez hace 23 años, el último traspaso morboso entre Levante y Valencia. Lo hace, además, sabiendo Pepelu de primera mano la tensión y presión que rodea al club blanquinegro. Pepelu, en este sentido, demuestra también una dosis de valentía asumiendo tal reto, esa resiliencia que ha marcado su trayectoria, un carácter que quiere explotar Baraja.

Un fichaje estratégico para el relato

El fichaje de Pepelu, con su dosis de estratégico para el relato del Valencia por aquello que se ideó y cocinó a 12.000 kilómetros de Singapur, no es un refuerzo más. Es el fichaje de un ‘6′, una demarcación huérfana desde que se fuera Kondogbia al Atlético de Madrid. De eso hace tres años y desde entonces, por más que en cada ventana de mercado se insistía y recordaba la necesidad, ningún futbolista había llegado con el rol de ‘6′ con el que llega Pepelu. Posiblemente fuera otra razón para decantarse por el Valencia, seguro es otra presión añadida que asume sin pestañear el jugador vistiéndose de blanquinegro.

A Baraja, amén de sus cualidades futbolísticas, le está seduciendo la personalidad de Pepelu. El técnico valora la seguridad que le ha transmitido desde que se hiciera público el interés del Valencia por el jugador y su actitud en sus primeros días de convivencia. Pese a ser un recién llegado (Pepelu quisiera lucir el dorsal ‘8′, aunque respetará la jerarquía del vestuario en la elección) y haber disputado a sus 24 años solo 29 partidos en Primera División, Baraja quiere que sea uno de sus líderes en el terreno de juego, un jugador con voz y mando, de los que hablan y dirigen al resto de compañeros, que a fin de cuentas serán Javi Guerra (20 años) y André Almeida (23).