La redención de Cabrera
El defensa, muy criticado en el pasado, se ha convertido en el mejor central del equipo. Suma 17 partidos consecutivos completos y acaba contrato en junio
La mejoría del Espanyol tras el parón navideño tiene una gran causa: la solidez defensiva. El equipo compite contra cualquier rival, en cualquier situación y con cualquier marcador. De hecho, desde la derrota 4-1 ante el Girona del pasado 23 de noviembre, el conjunto blanquiazul sólo ha perdido por un gol de diferencia cuatro partidos y en ninguno de los 14 disputados ha encajado más de dos goles. Unas cifras más que buenas especialmente para un equipo que pelea por salvar la categoría y que, evidentemente, tienen muchos responsables. El primero Manolo, que ha encontrado a los hombres y el sistema adecuado, también Joan Garcia, que semana tras semana se reivindica como uno de los mejores porteros del mundo, o la explosión de Omar. Pero de entre todos los factores, quizás el más silencioso, está el rendimiento de Leandro Cabrera. El central acumula 17 partidos consecutivos jugando los 90 minutos.
La historia de Cabrera con el Espanyol no ha sido precisamente sencilla. El central, protagonista en los dos descensos, llegó al club a mitad de la 19-20 procedente del Getafe. El Espanyol hizo un importante desembolso económico por él con la intención de apuntalar la defensa y evitar el descenso. Nada de eso sucedió. Cabrera jugó 17 partidos de blanquiazul y el equipo bajó a Segunda. No fue precisamente su culpa, pero él fue uno de los protagonistas. Las dos siguientes campañas, de la mano de Vicente Moreno, siguió siendo un fijo en el once. Tanto en Segunda como en Primera. En la campaña del segundo descenso, la 22-23, jugó 32 partidos de Liga siendo, ahora sí, tan responsable como cualquier otro del fracaso del equipo. El curso pasado, con Luis, Ramis o Manolo, siguó siendo habitualmente titular. El paso de Cabrera por el Espanyol, pues, ha coincidido con una de las peores épocas de la historia del club y, como es evidente, no se ha librado de las críticas. Muchas veces de forma injusta, la afición pagó con él la debacle deportiva de la entidad. Cabe decir también que, en algunos partidos clave del segundo descenso, errores suyos condenaron al equipo. Errores, sin embargo, que cometen todos los centrales del mundo.
Pero algo ha cambiado esta temporada. El Espanyol está abajo y pelea por no descender, pero Cabrera lejos de ser el foco de las críticas se ha convertido en el protagonista de los halagos. Está a un nivel muy alto, seguramente el más alto desde que firmó por el Espanyol, se ha compenetrado perfectamente con Kumbulla y los errores groseros de otras temporadas han quedado atrás. ¿El problema? Que acaba contrato a final de temporada. Tras unos años difíciles por fin se está viendo la mejor versión del uruguayo y hoy por hoy su futuro es una incógnita. Como es lógico el buen rendimiento está levantando el interés de varios clubes, que si bien no han realizado propuestas formales, todavía, sí sondean al entorno del central. De hecho, una de las posibilidades es su retorno al Getafe como ya apuntó AS. Equipos de Grecia y Turquía también le siguen por lo que su etapa de blanquiazul podría acabar perfectamente el próximo 30 de junio.
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