La montaña rusa de Álvaro Morata en el Atlético
El delantero deja el equipo rojiblanco cinco años y medio después de su llegada. Un viaje de idas y venidas, con subidas y bajadas de rendimiento y de ánimo, con ilusiones y desilusiones... y un desenlace trepidante.
Cesión del Chelsea al Atlético
El 28 de enero de 2019, el Atlético anuncia el fichaje de Álvaro Morata. El delantero, entonces de 26 años, llegaba cedido por el Chelsea para 18 meses. Simeone buscaba un ariete, porque Diego Costa estaba convaleciente de una operación en el pie, y Morata era de su agrado, pues ya lo había tanteado antes. El delantero, canterano rojiblanco, tuvo que enfrentarse también a críticas por su pasado en el Madrid.
Acuerdo para ser definitivamente rojiblanco
El Chelsea quiso repescar a Morata en el verano de 2019 mediante una cláusula, pero el Atleti podía retenerlo… siempre y cuando pagará los 55 millones de la opción de compra convenida. Finalmente, el nuevo acuerdo fue de alargar la cesión un año más y pagar después por el traspaso.
El gol de Anfield… y el bajón con el Leipzig
En la 19-20, Morata competía en el ataque con Diego Costa y João Félix. En Anfield marcó el gol del triunfo (2-3) y lo celebró de rodillas ante la afición, dejando una de las imágenes más icónicas del jugador con el Atleti. En cuartos, contra el Leipzig, tras el confinamiento, fue suplente por detrás de Diego Costa y Llorente… y eso le hizo replantearse su situación en el Atleti.
Nueva etapa en la Juventus
En septiembre de 2020, Morata pidió al Atlético un cambio de aires. El Barça descartó a Luis Suárez, que se iba a la Juventus… pero no, se fue al Atlético. Quien fichó por la Juve fue Morata, cedido con opción de compra. A Simeone no le sobraba, pero el español prefirió regresar a Italia. Tras un año de préstamo, la Juventus lo prolongó hasta 2022. Sin embargo, no ejecutó la opción de compra (35 millones) y Morata regresó al Atlético. Por el medio, incluso hubo un interés fuerte del Barça de Xavi y del Arsenal por el delantero.
Retorno al Atlético y el reto del Mundial
Así, dos años después de irse, Morata se reencontró con Simeone y con el Atleti. La Juve no se olvidaba de él, pero ofreciendo solo 15 millones. Morata tenía el Mundial entre ceja y ceja y, a mediados de julio, decidió quedarse en el equipo rojiblanco. Empezó fuerte, con un hat-trick a ‘su’ Juve en el último amistoso de verano y un doblete al Getafe en la jornada 1. En el Mundial, marcó en los tres partidos de la fase de grupos.
Pretendientes desde Italia y una charla en Seúl
Terminó la 22-23 y de nuevo hubo culebrón Morata. En junio renovó hasta 2026 pero, cuando empezó la pretemporada, estaba más fuera que dentro. Roma, Inter, Milan y Juventus le tantearon, pero ninguno se animó a pagar los 15 millones que pedía el Atleti. También le llamaron desde Arabia, pero no le pareció buen destino. En julio, una charla con Simeone en Seúl le convenció de continuar.
Galones para el mejor Morata
“Me muero por ganar títulos con el Atlético”, insistió Morata como una de las razones de su continuidad. Simeone le dio la titularidad desde el principio, en punta junto a Griezmann por delante de Memphis. “Quizá ahora me siento más importante de lo que me sentía en el pasado aquí”, comentó para explicar su gran momento goleador: llegó a Reyes con 17 tantos entre Liga y Champions.
Las lesiones y el disgusto de Dortmund
El año 2024 empezó bien: triplete en Girona y un gol al Madrid en Copa. Pero pronto se torció. En febrero, en el Pizjuán, se lastimó la rodilla, aunque por suerte quedó en un esguince. El jugador se machacó para estar 10 días después ante el Inter, pero arrastró el malestar durante semanas. En marzo, otro episodio negativo: los pitos del Bernabéu durante el España-Brasil. En abril, un momento clave: el KO europeo en Dortmund. Morata falló una ocasión clarísima y, en el descanso, fue sustituido con 2-0 en contra. El delantero se sintió señalado. Para colmo, una semana después sufrió un cuadro agudo de neuralgia en el trigémino, lesión dolorosísima. En estos tres meses solo logró un gol.
“No soy la prioridad del Atleti”
Tras la Liga, se marchó a capitanear a la Selección en la Eurocopa. Y en la concentración empezó a sembrar dudas sobre su futuro. El Atleti buscaba un goleador y eso tampoco le gustó. “Si quiere fichar ocho delanteros, me imagino que no soy la prioridad del club. No me puedo quedar en el Atleti para no jugar, para no ser prioridad”, comentó en El Larguero.
No a Arabia Saudí y sí al Atlético
La cláusula de rescisión de Morata ronda los 15 millones, precio muy asequible. El Al Qadsiah, con Míchel como entrenador, estuvo muy cerca de llevárselo (le ofreció 45 millones por tres años), pero tanto Simeone como el club le hicieron ver que sería importante. Morata rechazó la oferta saudí, le dijo al Atleti que se quedaba y, ese mismo 2 de julio, lanzó un mensaje en sus redes: “No puedo imaginar lo que tiene que ser ganar con esta camiseta y no voy a parar hasta conseguirlo”.
El giro final de guion: al Milan
La puerta se cerraba… o no. El Milan vio grietas en las intenciones de Morata e insistió, mientras el futbolista avanzaba rondas en la Eurocopa. Ibrahimovic llamó una y otra vez al delantero para convencerlo, aunque en el Atleti daban por hecha su continuidad. Pero España ganó el título en Alemania y todo se aceleró: el lunes, Morata le dio el sí al Milan y el martes, se despidió del Atlético antes de partir a su nuevo destino. Morata cambia el rojiblanco por el rossonero.
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