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REAL MADRID - VALENCIA

La metamorfosis del Valencia se agravó con Lim

Poco queda del club que a principios de Siglo XXI le ganó dos Ligas y peleó una Champions al Real Madrid, un equipo que fue nombrado el mejor del mundo en 2004.

Manifestación que se celebró en agosto contra la gestión de Peter Lim.
DAVID GONZALEZDIARIO AS

En uno de los fondos del Santiago Bernabéu, donde se ubicaba el grupo UltraSur, se desplegó en un partido de Liga contra el Valencia a principios del Siglo XXI una lona gigante. En ella se veía una naranja hecha añicos por un exprimidor. Aquel tifo reflejaba tan poco gusto como rivalidad y respeto hacia el Valencia. Eran tiempos en los que los ché venían de dos finales de Champions, de conquistar dos Ligas y de ser elegido por la IFFHS como el mejor club del mundo en 2004. Poco queda de aquel Valencia: Mestalla y su afición. Y alguno de la Generación Alfa, o de otras no tan puestos en el día a día de la actualidad blanquinegra, se preguntará por qué.

La decadencia de ese Valencia comenzó con Juan Soler, que cogió el club en 2004, y ha ido a más con Peter Lim, que llegó una década después bendecido por Amadeo Salvo. Entre medias, el Valencia de Manuel Llorente, con Emery en su banquillo, fue tres años 3º en Liga y el maná de la Champions le alimentó. Pero los males económicos y societarios le impedían salir de la UVI. Y de aquellos barros estos lodos.

De Juan Soler a Peter Lim

En lo económico, en tiempos de vino y rosas, de fichajes como el de Joaquín (25 millones) o Manuel Fernandes (18), la burbuja inmobiliaria de 2008 arrasó los “pelotazos” urbanísticos de Juan Soler (Porxinos, recalificación de Mestalla y Nuevo Estadio). A su vez, para evitar que el club cayera por gracia de Vicente Soriano en manos de una sociedad fantasma llamada Dalport, se precipitó una ampliación de capital en 2009 por valor de 94 millones que había que cubrir en su totalidad. El objetivo no era otro que obligar a Dalport a poner muchos millones para no perder la mayoría accionarial que le habían ‘delegado’ entre Soler y Soriano. Lógicamente Dalport no puso ni un euro y la Fundació VCF compró acciones por 74 millones (los otros 20 los pusieron los pequeños accionistas del club), completando la ampliación de capital gracias a un préstamo avalado por el Instituto Valenciano de Finanzas (Generalitat Valenciana). Pero la maniobra, a medio plazo, no salió bien.

La Fundació no generaba ingresos para devolver ese préstamo ni tampoco el club pudo dárselo. En verdad esa era la idea, que el Valencia inyectara dinero a su Fundación para que esta hiciera frente a los plazos del préstamo. Pero, demanda de un accionista mediante, que el club le diera dinero para pagar ese préstamo se consideró asistencia financiera y dejó de hacerse. Así que se inició un proceso de venta, con la venia de Bankia, que quería cobrar el préstamo, y de la Generalitat, a la que el banco le reclamó el aval. Y así, tras un proceso turbulento, tenso y con presiones, el club cayó en manos de capital extranjero. En las de Peter Lim.

En 2014 Peter Lim, un inversor de Singapur cabeza visible de Meriton Holdings, compró el Valencia por 94 millones de euros. La fórmula fue pagar la deuda de la Fundación con Bankia para quedarse con el 70% de las acciones. El acuerdo además incluida la re
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En 2014 Peter Lim, un inversor de Singapur cabeza visible de Meriton Holdings, compró el Valencia por 94 millones de euros. La fórmula fue pagar la deuda de la Fundación con Bankia para quedarse con el 70% de las acciones. El acuerdo además incluida la reALBERTO IRANZODIARIO AS

Con la alfombra roja y por 94 millones de euros

Lim llegó con alfombra roja, Nuno y sin ninguna obligación contractual de acabar la obra del Nuevo Estadio. De primeras invirtió 94millones de euros en las acciones (más 6 millones a destinar en proyectos de la Fundació VCF que tiene pendiente de abonar) y concedió una línea de crédito de 100 millones que destinó, entre otros asuntos, a los fichajes de Cancelo, Rodrigo, André Gomes o Álvaro Negredo.

El primer año su Valencia llegó a Champions. Y a partir de ahí empezó a meterse más en la gestión. Prescindió de Rufete y Fabián Ayala, además de Amadeo Salvo, hoy vilipendiado por la masa, aunque en aquellos días un referente para muchos. Lim dejó el club en manos de Layhoon y Nuno. Ahí comenzó a dejar constancia de su filosofía: venta de futbolistas (Otamendi y Mustafi los primeros) y apuesta por futbolistas jóvenes a los que revalorizar. La presión de Mestalla se llevó por delante en noviembre a Nuno y empezó el carrusel de entrenadores.

En los ocho años de Lim, el Valencia ha tenido diez entrenadores, incluyendo a Voro en seis etapas diferentes y sin contar a Pizzi, al que ordenó despedir cuando ni tan siquiera se había consumado la compra-venta del club. Marcelino es el único que ha completado dos campañas. Además de los cambios en el banquillo, en la era Lim han pasado seis directores deportivos y unos cuantos más secretarios técnicos: Rufete, Ayala, García Pitarch, Vicente, Alesanko, Pablo Longoria, César Sánchez y Miguel Ángel Corona (Tribuna Deportiva cifra en 21 millones de euros lo pagado por el Valencia en la era Lim en finiquitos). Una trituradora de personas y una montaña rusa de proyectos.

Lim habría pagado 21 millones de euros en finiquitos

Dato Tribuna Deportiva

El Valencia ha cerrado con pérdidas siete de los últimos ocho ejercicios (180 millones en total). Su cifra de negocio, sus ingresos ordinarios, se han reducido de casi 200 millones a menos de 100 y su deuda a medio y largo plazo ronda los 350 millones (aunque el club cumple con sus pagos). Lim posee el 91% del capital social del Valencia y ha invertido 255 millones en el club entre compra de acciones y préstamos que ha ido capitalizando. Su músculo económico (1292º del mundo en el ranking Forbes) le sirve para dar oxígeno al club, si bien, las últimas inyecciones económicas que ha realizado el propietario no se han visto reflejadas en refuerzos para el equipo sino en la cuenta de resultados para tapar grietas y evitar entrar en causa de disolución.

En 2019, Lim destruyó en apenas unos meses su único Valencia campeón, el que se creó con Mateu Alemany y Marcelino: dos años en Champions, campeón de Copa y semifinalista de Europa League. Lim dejó la gestión del club en manos de Anil Murthy y fichó a Celades. La plantilla era la que confeccionaron con Alemany y Marcelino, aunque la salida del asturiano y posteriormente la del balear generó malos rollos y restó nivel competitivo al equipo. Y entonces llegó la tormenta perfecta: la pandemia, fuera de los puestos europeos y Murthy a los mandos. La paciencia que le ha faltado a Lim con muchos la tuvo con Anil, el ejecutivo que más tiempo ha permanecido en el club entre los que han llegado con Meriton (cinco años), cuya figura y presencia potenció una crispación social sin precedentes.

Cuando llegó Lim, el Valencia era el 12º por coeficiente UEFA, hoy es el 44º y gracias a los dos años de Marcelino

El dato

Del Valencia campeón de 2019 solo quedan en plantilla Jaume, Gayà, Lato, Guillamón, Gabriel Paulista, Thierry y Diakhaby. El Valencia se ha ido descapitalizando de activos, aunque recientemente ha renovado a Hugo Guillamón, Diakhaby, Jaume o Gayà, jugadores que acababan contrato en 2023, si bien, en el equipo hay hasta cinco futbolistas cedidos (Lino, Cenk, Kluivert, Nico e Ilaix). Desde la marcha de Marcelino, el club solo ha realizado cinco incorporaciones vía traspaso: Foulquier (2,5M.), Cömert (800.000 euros), Almeida (8M.), Hugo Duro (4M.), Marcos André (8,5M.) y Mamardashvili (850.000 euros).

El Valencia lleva tres temporadas sin pisar Europa y el año que viene será la cuarta, aunque sus miras en la actualidad no están en el año que viene sino en salvar la categoría en este. Cuando Lim llegó al Valencia, el club ocupaba la tercera posición en la clasificación histórica de la Liga (el Atlético le superó en 2016 y hoy le saca 174 puntos de ventaja); era el 12º equipo en coeficiente UEFA, hoy es el 44º (gracias a que se toma como referencia los últimos cinco años y aún le computan los puntos que sumó en la 2018-19 y 2019-20, así que el año que viene se despeñará en la clasificación). La IFFHS, la misma asociación que en 2004 le calificó como el mejor club del año, le sitúa 19 años después en el puesto 156 y va cuesta bajo y sin frenos.