La metamorfosis de Güler
Ancelotti lleva semanas probándolo en su posición natural: banda derecha. Ahí ha firmado sus dos mejores partidos. Como interior, sufre en defensa.
La clave es la banda derecha. Y el problema, la competencia. Pero donde Güler ofrece mejor rendimiento es en el extremo diestro. Con espacio para correr, orientado hacia el golpeo y sin soportar tanto peso en la creación. Lo suyo es el último pase; como esa varita que aparece poco, pero cuando lo hace, maravilla. Más calidad que cantidad. La cuestión es que, en el Real Madrid, la posición de mediapunta no existe. O lo hace a cuentagotas. Y eso propicia que Arda tenga que bailar entre puestos. Pasar del runrún del interior al brillo del extremo. Cara y cruz de un jugador que, ahora, vive una etapa 2.0. Metamorfosis.
Porque no convence como interior. Y son dos los motivos. El primero: no tiene la pausa que necesita un creador. Es un futbolista con tendencia al regate o al pase entre líneas, lo que en esa posición propicia muchas pérdidas. Ese riesgo, más adelante, se asume; pero no en un interior. Pero el principal motivo es el segundo: sufre mucho en defensa. El primer gol del Rayo hizo mucho daño en esta tesis. No repliega... y Unai López cabecea a merced. Esa marca era suya. Y esos despistes le suelen suceder.
“Ofensivo”
Pero todo esto cambia cuando juega más adelantado, claro. Ahí está el quid de la cuestión. Porque es sinónimo de jugar en sus puestos. “Es un jugador ofensivo: puede jugar como mediapunta, delantero centro, extremo derecho... También como interior...”, así hablaba Ancelotti en noviembre de 2023, antes de su primera convocatoria. Mencionando antes la posibilidad del delantero centro, a la de interior. Y verbalizando esta última entre silencios y torciendo un poco el gesto. Sabía que no, no es lo suyo.
En el fondo, los errores de Güler, cuando han jugado en esa posición, son fruto de un futbolista que juega fuera de hábitat. Pero cuando lo ha hecho en la banda derecha... todo ha funcionado. Casi siempre. Ahí ha realizado sus dos mejores actuaciones de esta temporada: Montilivi (donde marcó y regaló un grito de alivio que dio la vuelta al mundo) y Butarque (asistencia). Pegado a la línea de cal se mueve como los ángeles. Encara sabiendo que fallar, no es un desastre. Dispara sin miedo y está perfilado para filtrar balones entre líneas. Se siente cómodo.
Tarea: decidir mejor
Ahí está la clave y Ancelotti lo sabe. Lleva semanas probándolo y reafirmándose. Aunque todavía con sus tirones de orejas. “Podría haber tenido más acierto, porque tiene calidad para tomar decisiones más adecuadas en algunas transiciones. Es joven y necesita experiencia; nada más”, dijo Carletto tras Anfield. Una noche en la que Arda se precipitó en varias ocasiones al disparar. Se le vio con ímpetu, pero algo descontrolado. Que en la banda derecha sea donde más brilla, no quiere decir que en la banda derecha lo haga perfecto.
Sólo cuatro por detrás
Pero es donde va a empezar a acumular minutos. Su gran problema es el de todos: la competencia. Por delante está Rodrygo y, en su ausencia, Brahim. Este último atraviesa un gran momento y transmite más solidez a Carletto. Güler todavía tiene piedra que picar. Mucha. Pese a todo, es el quinto del equipo que menos ha jugado (676′), sólo por delante de Ceballos (quien se ha pasado mucho tiempo lesionado y va en dinámica de acabar esta temporada con más minutos que él), Lunin, Endrick y Vallejo. Algo permanece en los jóvenes que no convence a Ancelotti. Ha pasado siempre y se mantiene. Pero esta versión, la de Güler en la banda derecha, pide paso.