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REAL MADRID | RODRYGO

La madurez de Rodrygo

Hoy cumple 22 años, inmerso en la temporada más protagonista de su carrera. AS radiografía sus cuatro años en el Madrid: entre vaivenes y hecho heroicos.

Madrid
La madurez de Rodrygo
PEPE ANDRESDiarioAS

El ‘chico de los milagros sopla las velas. Rodrygo aterrizó tan joven que, con 22 años recién cumplidos (hoy), ya puede alardear de llevar cuatro en el Madrid. Entre vaivenes y heroicas ya suma dos Ligas, dos Supercopas de España, una Supercopa de Europa y la joya de la corona, la Champions de Saint-Denis. Aquella en la que tanta responsabilidad tuvo con sus goles de leyenda. Un futbolista poco propenso a hablar fuera del campo y asiduo dentro. Los 22 le llegan en su mejor temporada por números: va directo a destrozar sus récords personales (ya lleva 8 goles y su máximo han sido 9) y sólo se ha quedado sin jugar en dos partidos de los 24.

Rodrygo celebró ayer su 22 cumpleaños, rodeado de seres queridos, en el restaurante De María.
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Rodrygo celebró ayer su 22 cumpleaños, rodeado de seres queridos, en el restaurante De María.

¿Cuáles? Echen la mirada muy atrás: las dos primeras jornadas de Liga. Se las perdió por unas leves molestias musculares, pero en cuanto volvió a la dinámica ha sido un fijo para Ancelotti. Siempre ha jugado: 16 veces como titular y seis saliendo desde el banquillo. Hay otro dato que esclarece la cuestión: sólo ha disputado 24 minutos menos que Courtois esta temporada (es el sexto del equipo, por delante de algunos como Militao, Tchouameni, Modric o Benzema). Tras el varapalo mundialista y el consejo de Modric (”esto te va a hacer más fuerte”, le dijo ‘su otro padre’), ha vuelto con hambre. AS radiografía las tres temporadas y media de Rodrygo.

Un aterrizaje irregular

Llegó el verano de 2019, un curso después que Vinicius. Tenía 18 años y tantas ganas de tirar la puerta que firmó un curso sobresaliente. Alternó trabajo con el primer equipo y Castilla (jugó tres partidos en la extinta Segunda B, marcando dos dianas, al Rayo Majadahonda y a la UD Sanse; el entrenador de aquel equipo era Raúl). Y el de ‘los mayores’, Zidane, que le brindó 1.428 minutos, repartidos en 27 partidos, en los que marcó siete goles, uno cada 202 minutos. Pero en su segundo año pinchó: dos goles en 33 partidos (uno cada 649 minutos). La única enmienda posible: aquel curso sufrió una dura lesión, rompiéndose el bíceps femoral y el tendón, lo que le hizo perderse dos meses.

Rodrygo, en un entrenamiento con el Real Madrid.
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Rodrygo, en un entrenamiento con el Real Madrid.Johany JutrasEFE

Tocado por una varita

Con ese bagaje llegó a la temporada pasada: la de los milagros. Porque siempre fue un jugador abonado a las grandes ocasiones; irregular en Liga, pero brillante en Champions. A base de noches heroicas superó los números de su primer curso: marcó otros nueve goles, pero explotó como asistente, con diez últimos pases. En la Decimocuarta tuvo un cenital propio. Todo empezó ante el PSG: Ancelotti eligió a Asensio para la banda y no funcionó: el equipo perdía 0-1... y entró a orillas del 60′. Minutos después, la locura. Fue otro Madrid. Suyos fueron después los goles memorables ante Chelsea y City (para forzar dos prórrogas).

El cabezazo de Rodrygo al Manchester City.
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El cabezazo de Rodrygo al Manchester City.JESUS ALVAREZ ORIHUELADiarioAS

Presente ilusionante

Tras renovar hasta 2025, Rodrygo mira al corto y medio plazo con mucha ambición. Y es que va camino de pulverizar sus mejores marcas: apenas ha empezado enero y ya lleva ocho goles y cinco asistencias. El último de sus zarpazos, para desatascar la eliminatoria frente al Cacereño. En Champions suma tres: Shakhtar (Bernabéu), Celtic (Bernabéu) y Leipzig (fuera). Y en Liga, cuatro, con epicentro en las dos grandes citas: bailó en el Metropolitano e hizo sangrar al Barcelona en el Clásico. También le marcó al Betis y al Mallorca, este último, la tarde en la que sentó a Hazard y se afianzó en el rol de falso nueve ante la ausencia de Benzema. Dio un paso al frente y se está reinventando. Su sazón sigue en el horizonte. Cada vez más cerca. Hoy sopla las velas; sus deseos, sólo los sabe él.