La guillotina rayista amenaza a Benítez
El entrenador del Celta, que solo ha ganado un partido en Liga, cuestionado. Los franjirrojos propiciaron la marcha de Mendilibar esta misma temporada.
Benítez lleva un tiempo con la soga al cuello y cada partido le aprieta un poco más. El Celta no carbura y firma su peor inicio de los últimos 80 años. Cuando parece que puede arrancar, llega otro frenazo (sigue el partido en directo en AS.com). Está en descenso y sólo ha ganado un partido en Liga (2-3, contra el Almería, el 1 de septiembre). Desde entonces, encadena seis derrotas y cinco empates. Sus escasas alegrías corren a cargo de la Copa, pero las dudas no se diluyen. Sin embargo, Benítez no se muestra preocupado: “Tú firmas a un entrenador con una trayectoria, tres años de contrato en un proyecto totalmente nuevo, en un equipo que el año pasado sufrió para salvarse. Por lo tanto, entiendo que esa es parte de la confianza que el club deposita en mí”.
No es el Rayo el mejor rival cuando un entrenador está en la cuerda floja. Y si no, que se lo pregunten a Mendilibar... Él fue la última víctima de la guillotina franjirroja. Su empate en el Pizjuán, después de que los de Francisco se adelantaran 0-2 (goles de Óscar Valentín y Álvaro), condenaron al vasco, destituido apenas un día después. El 8 de octubre. Eso fue la gota que colmó el vaso de sus malos resultados: dos triunfos en once jornadas.
Nada nuevo bajo el sol. El Rayo es un verdugo contrastado. Bien lo sabe su actual entrenador, Francisco, a quien una derrota (2-1) con los vallecanos le costó su puesto en el banquillo del Elche en la 22-23. Todavía recuerda aquel misil de Unai López, con quien ahora bromea sobre aquello. Su bagaje era de un punto en siete encuentros. Koeman también sufrió a los franjirrojos y Laporta lo despidió en pleno vuelo de vuelta. Falcao le dio el zarpazo definitivo, tras haber caído ante Bayern y Benfica en Champions y ante el Madrid en Liga, donde había sacado 15 puntos en diez jornadas.
La leyenda de la guillotina rayista se remonta a la década de los 90. El equipo de Marcos Alonso se cargó sucesivamente a Valdano (1-2 al Madrid, el 21 de enero del 96, con doblete de Guilherme), Lillo (1-2 al Salamanca, el 25 de febrero del 96, con goles de Guilherme y Onésimo) y Floro (1-2 al Albacete, el 10 de marzo del 96, con las dianas de Aquino y Cortijo). Antes habían sido los de Zambrano, en la 93-94, quienes vencieron al Atlético (2-1, el 16 de enero del 94, con los tantos de Visnjic y Onésimo) y le costó el puesto a Emilio Cruz.
La amenaza está ahí, aunque nadie la verbaliza. De hecho, Francisco se deshizo en elogios hacia Benítez. Un pionero. “Fue uno de los primeros entrenadores españoles que tuvo éxitos en el extranjero con el Liverpool. Es un padre para gente como yo, que lleva una década en los banquillos del fútbol profesional. Su bagaje es increíble”, asegura.
Es más, cuando Francisco se estrenaba como delantero en Primera, vistiendo la camiseta del Albacete, Rafa Benítez aterrizaba en el banquillo del Liverpool (04-05). Después de sus éxitos con el Valencia, hizo las maletas a la Premier y las llenó con una Champions, una Supercopa de Europa y una Community Shield. Ahora debe meter puntos para eludir su prematuro adiós. A su favor juega la dificultad del Rayo de ganar en casa, cosa que no hace desde mediados de septiembre (2-0 al Alavés). Pero cuidado, la guillotina brilla afilada...
EL RAYO PIERDE A ESPINO
El Rayo pierde al Pacha Espino por sanción, mientras que el Celta podrá alinear su once de gala. Solo Aidoo y Carlos Domínguez son baja en filas celestes. Los gallegos han ganado dos veces en Vallecas en Primera: la 92-93 (0-1) y la 95-96 (1-3). Esa última metió a los vallecanos en descenso, de donde ya no salieron en aquella primera liga de 22 por la crisis de los avales.
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