La fórmula de Chen para la permanencia: del 40 al 0

Diez mercados de invierno ha cumplido este año Chen Yansheng, con su conglomerado familiar Rastar Group, al frente del Espanyol, desde su aterrizaje en enero de 2016. Y tres de ellos, jugándose muy seriamente la posibilidad de descender. Hasta el punto de que, en los dos anteriores, se acabó consumando la tragedia. Pendientes del desenlace de esta tercera ocasión, lo que queda claro es que el propietario y presidente bien ha cambiado de estrategia o, simplemente, tiene el grifo más que cerrado a cal y canto.

Ha decidido Chen, quien ya había mandado toda una declaración de intenciones al aplazar la ampliación de capital que hubiera permitido fichar con cierta holgura, no invertir ni un solo euro en compras de futbolistas, en un contexto de ahorro que impera en LaLiga. Ha optado, en cambio, por incorporar a dos cedidos, Roberto Fernández (Sporting de Braga) y Urko González de Zárate (Real Sociedad) y ejecutar un traspaso a coste cero comprometido desde el pasado verano, el de Pablo Ramón desde el Real Madrid (con el canterano Joel Pleguezuelos marchándose a La Fábrica), a pesar de que está convaleciente de una rotura del cruzado y no responder, obviamente, a un rendimiento inmediato.

Tres auto-enmiendas de Garagarza

El hueco salarial para estos refuerzos surge teóricamente de las salidas de Naci Ünüvar y de Irvin Cardona, cuyas cesiones se han cortado anticipadamente, y no tanto de la rescisión de un Salvi Sánchez con quien el ahorro es nulo. Tres fichajes de la vigente etapa de Fran Garagarza como director deportivo, caracterizada por la austeridad.

La diferencia de este mercado de invierno con los otros dos de la era Chen es descomunal en cuanto a inyección de dinero. Especialmente el de enero de 2020. Ese curso, y con la pandemia aún por venir, invirtió el Espanyol 43 millones de euros para procurar la permanencia. 22,5 millones se destinaron a la adquisición de Raúl de Tomás, diez para Adrián Embarba, nueve se los llevó el pago de la cláusula de rescisión de Leandro Cabrera y 1,5 por Oier Olazabal. Aun así, el Espanyol bajó.

Una repetición a pequeña escala de esa misma estrategia se vivió hace justo dos años, en el mercado invernal de 2023. Ocho millones fue el traspaso máximo que se abonó, el de César Montes, mientras que el club perico invirtió 2,8 millones en Jose Gragera, 2,2 en Fernando Pacheco y 200.000 euros pagó por la cesión de Denis Suárez, mientras que Ronaël Pierre-Gabriel llegó también a préstamo, pero sin coste más allá de su parte de la ficha. También descendieron.

Un mercado más propio de Segunda

Así las cosas, este enero se asemeja mucho más a los sufridos en Segunda. Como el pasado, en 2024, con la única novedad de un Rubén Sánchez a quien se le cortó la cesión en el Mirandés para que no tuviera incomprensiblemente minutos en el Espanyol. O el de 2021, con la sola llegada de Nany Dimata, entonces cedido, aunque con una opción de compra obligatoria en caso de ascenso que se tuvo que embuchar el club, por 2,2 millones.

Siendo cual es la deriva del Espanyol de Chen, la mejor noticia igual que en el mercado de verano vuelve a ser que no se han ejecutado ventas que hubieran debilitado realmente a la plantilla, como un Joan García que se está mostrando sublime -y que salvo sorpresa mayúscula, saldrá el próximo verano- o un Javi Puado que, de no renovar en los próximos meses, quedará libre en junio. Pero antes, pase lo que pase, lo que queda por delante es un nuevo reto por la permanencia.

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