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BARCELONA

La banda maldita

El Barça explora de nuevo el mercado para fichar un lateral derecho después de gastar sin éxito más de 70M€ en siete años con Douglas (4), Aleix (17), Semedo (35) y Dest (20).

Sergiño Dest, en un partido de la temporada pasada ante la Real Sociedad en el Camp Nou.
Sergiño Dest, en un partido de la temporada pasada ante la Real Sociedad en el Camp Nou.Alex CaparrosGetty Images
Guillermo Casquero

Pocas maneras más evidentes de constatar un fracaso que verse obligado a decir que sí al regreso de un futbolista de 38 años seis años y medio después de su marcha seis años antes porque ninguno de sus recambios ha tenido un rendimiento óptimo. Le pasó al Barça el invierno pasado con Daniel Alves, que volvió por una cuestión de agradecimiento, pero también para ayudar en un puesto, el lateral derecho, que trae de cabeza al Barça desde que el brasileño pegó un portazo en 2016, dolido porque en el Barça ya empezaban a dudar de él y le habían empezado a mover la silla.

Desde 2014, el Barça se ha gastado más de 70 millones de euros en futbolistas que no se han terminado de hacer dueños de la posición y no han triunfado rotundamente, con casos esperpénticos como el de Douglas (4 millones de euros pagados en el verano de 2014) o Moussa Wague, que llegó gratis en una extraña operación en 2018. Aleix Vidal fue una petición de Luis Enrique después del triplete. El Sevilla le cobró 17 millones de euros al Barça. Un fichaje extraño, empezando por la inscripción. El catalán no pudo jugar hasta enero de 2016 por la sanción FIFA al equipo azulgrana y, desde el inicio, demostró que, pese a haber jugado partidos sueltos como lateral en el Sevilla de Emery, esa no era su posición. Aleix sufría defensivamente, y Luis Enrique terminó colocando en ese puesto a Sergi Roberto esperando un nuevo fichaje que no llegó, precisamente, hasta que él se marchó.

En 2017, y coincidiendo con la llegada de Valverde y la marcha de Neymar (su encontronazo con el brasileño en la gira por Estados Unidos dio la vuelta al mundo), el Barça fichó a Nelson Semedo procedente del Benfica por 35 millones de euros. Un jugador criado también en el puesto de extremo derecho que había ido modificando su posición hasta convertirse en lateral. Semedo no tuvo un rendimiento deficiente pero tampoco justificó su precio y terminó convirtiéndose en una víctima de la situación económica del club, que necesitaba cuadrar las cuentas y terminó vendido al Wolverhampton en el verano de 2020.

La marcha de Semedo, que dejó 32 millones de euros en la caja azulgrana, fue cubierta por Sergiño Dest, una petición de Ronald Koeman. Procedente del Ajax, club al que se abonó 20 millones de euros, se esperaba mucho del estadounidense nacido en Almere, un cañón según los expertos que, sin embargo, también ha decepcionado. Con unas condiciones técnicas algo limitadas pese a su manejo de las dos piernas, y problemas en el entendimiento del juego, Xavi le hizo la cruz nada más llegar después de un partido contra el Bayern en Champions. Luego, pareció cambiar de opinión y recuperarlo, pero en pretemporada ha llegado a la determinación de que no le sirve por sus problemas en el juego posicional y de concentración y contundencia defensiva.

Ahora, el Barça busca, por enésima vez, un lateral de garantías. La prioridad era Azpilicueta, un lateral que no venía a hacer carrera sino a tener un rendimiento inmediato. Finalmente, y ante los obstáculos para su salida, decidió renovar por el Chelsea. Ahora, en el Barça suenan nombres como Bellerín, Foyth y Meunier. Todo para recuperar una banda que está maldita.