Kenedy alarga el mal fario
El atacante brasileño volvió a lesionarse en un partido en el que, como en los tres anteriores que disputó, el Real Valladolid perdió.
Apenas seis contactos con el cuero, ni uno más, le dio tiempo a tener a Robert Kenedy en su primera titularidad con el Real Valladolid. Seis toques escasos, que no pudieron ni siquiera llegar a ser prometedores, fueron los que dio antes de esa maldita carrera acariciando el minuto 25, en la que sintió un ‘mordisco’ atrás inequívoco: algo, probablemente, se había roto. Si no en lo físico, que talmente pareció, por lo menos en ese compendio de cabeza y corazón. Por eso abandonó el terreno de juego entre lágrimas, lógicamente, afectado en lo emocional.
Su lesión significa un nuevo contratiempo, además, en el peor momento, ya que llegó en verano para ser importante y no ha podido serlo, pero en este preciso instante, para más inri, el conjunto blanquivioleta atraviesa la peor racha desde la llegada de Pacheta al banquillo, ejemplificada por los 406 minutos que lleva sin marcar gol en Liga, que han empujado a las cuatro derrotas seguidas. Está Kenedy imbuido por el mal fario que le acompaña desde que firmó, casi sobre la bocina.
Primero fue el estrés propio de su fichaje, acometido a última hora, en septiembre. El periodo de adaptación se hizo esperar más de lo que a más de uno le hubiera gustado y, cuando parecía estar apto para comenzar a galopar por el costado, tras un tímido debut frente al Girona, aparecieron las molestias en la zona inguinal que, primero, le llevaron a perderse varios partidos y, más tarde, tras el amistoso frente a Osasuna durante una ventana FIFA, provocaron que pasara por quirófano.
La hernia le jorobó a él y jorobó a Pacheta, que definió de esa manera su lesión. Los dos meses de ausencia sucedieron casi a la par que transcurría el Mundial, y el técnico, en cada oportunidad que se le presentaba a preguntas de los medios, apelaba a la calma. La tuvo; la mantuvo aunque se sucedieran las cuestiones y los comentarios. Hasta que se presentó la oportunidad de que por primera vez saliera de inicio. De nuevo, a falta de confirmación oficial previas pruebas diagnósticas, parece que tendrá que parar. Como si su casilla de salida fuera una de esas de los juego de mesa, que te devuelven una y otra vez a donde empezaste.
Solo contabiliza derrotas
La mala fortuna que tiene el brasileño con las lesiones no es solo suya; se ha propagado al equipo, que solo ha conjugado el verbo ‘perder’ cuando ha tenido minutos en competición oficial. Así sucedió en su estreno en Girona, donde tuvo 14 minutos, contra el Real Madrid, contra quien disputó seis, frente al Mallorca, donde dispuso de algo más de media hora (concretamente, 33 minutos) y frente al Rayo Vallecano, frente a quien se empezaron a torcer las cosas a partir de su lesión.