Julián, de apellido Calchín
AS recorre la historia de la nueva estrella del Atlético, a través de quienes mejor le conocián cuando era niño en Argentina.

En un pequeño pueblito de alrededor de 2.500 habitantes a 110 kilómetros de la ciudad de Córdoba (Argentina) nació hace 25 años un joven prodigio. Conocido desde pequeño como “La Arañita”, Julián Alvarez creció física y futbolísticamente en Calchín, una zona agrícola y ganadera. Allí jugó hasta los 16 años, momento en el que firmó con River Plate. El resto es historia.
El ‘9′ de Argentina y ‘19′ del Atlético de Madrid era conocido en la zona desde bien pequeño por ser muy habilidoso con la pelota. “Desde que le empezamos a ver con cinco años supimos que tenía algo especial, era muy superior al resto de niños”, explica a AS Rafael Varas, su primer entrenador en la escuela de fútbol de Club Atlético Calchín, equipo cuyo estadio lleva su nombre. Julián sobresalía en el campo, pero no le exigían muchas responsabilidades porque era un niño. Aunque corría y luchaba como el que más. “Si recuperábamos de mitad de cancha hacia delante, se la dábamos a él y sabíamos que terminaría en una jugada peligrosa o en gol”, afirma Varas. Tal era el fenómeno futbolístico de “La Arañita”, como lo conocían allí, que muchos iban hasta Calchín solo para verle jugar. “Agarraba la pelota, driblaba, gambeteaba, los pasaba a todos y hacía el gol. Y así casi siempre”, señala Héctor Luna, periodista deportivo de Calchín.
Fuera del campo era un chico muy tímido, iba a la escuela y por el barrio con un perfil muy bajo, “calladito y casi hasta cohibido”. Como es hoy en día, vaya. “En su actitud y su educación tuvo mucho que ver su familia, gente hermosa, unida y amable”, afirma Luna. De más mayor, ya era “La Araña” en el ámbito del fútbol y lo empezaron a conocer más. Con 11 años probó con el Real Madrid y llegó a jugar un torneo en Peralada (Girona), pero no pudo firmar por una política de fichajes en relación a menores de 13 años. También se interesaron otros grandes clubes como el Barça y Boca Juniors. Con este último llegó a probar, pero Julián no quería jugar en Boca porque tanto él como su familia son hinchas de River. Tuvo un paso breve por el Club Deportivo Atalaya de Córdoba, que tiene un porcentaje de sus derechos de formación, antes de dar el gran salto.
Hora de la verdad
Uno de los gigantes de Argentina, River Plate, le abrió las puertas del fútbol profesional. El fenómeno se agrandó en ese momento. Dejó de ser el nene que jugaba a la pelota para ser el pibe que se iba a un gran club. Pasó de la nada a ser la figura de un equipo con el que conquistó seis títulos en dos temporadas. Un rara avis en este nuevo fútbol. La antítesis de casos como el de Lamine Yamal, que lleva toda una vida formándose en La Masia y dio el salto al primer equipo del Barça a una edad muy temprana.
Una vez fichó por River, explotó. El propio River Plate, Manchester City y Atlético de Madrid. Más la selección argentina. A sus 22 años ya lo había ganado todo a nivel colectivo: Copa Libertadores, Champions League, Supercopa de Europa, Premier League, FA Cup, Copa América, Mundial, Finalissima y un largo etcétera.

A base de sacrificio, esfuerzo y golazos, Julián se ha colocado en el escaparate del fútbol mundial. Ya es uno de los mejores del mundo. Y con ello se ha convertido para su pueblo en mucho más que un muchacho que salió de Calchín. “Es una representación muy importante, el reflejo de lo que queremos demostrar al mundo lo que es Calchín. Sus valores nos representan: su humildad, su trabajo constante…”, explica Claudio Hernán del Valle Caon, intendente (alcalde) de Calchín. “Lo amamos. Es llorar cada vez que hace un gol y bate récords”, añade emocionado el periodista argentino.
El mayor hito de su carrera es la conquista del Mundial de Qatar siendo una pieza clave para Scaloni. Es algo con lo que sueña todo jugador de fútbol y muchos luchan por ello toda su carrera, sin premio. Julián marcó cuatro goles en el Mundial, dos de ellos en la semifinal contra Croacia. Y junto a su ídolo Messi. “A Leo le agradezco la confianza. Poder estar ahí con él, contribuir y formar parte fue un sueño”, dijo en una entrevista a ESPN tras salir campeón.

Gracias a su éxito, Calchín se ha visto recompensado en cuanto al turismo: “Viene mucha gente, tanto de Argentina como del extranjero, para conocer y sacar fotografías de su casa, del potrero y de nuestro club”, comenta el intendente. A lo que añade que está en conversaciones con el padre de “La Araña”, Gustavo Alvarez, para construir un bar temático en el centro de Calchín: “La idea es que haya un servicio de cafetería, de restaurante y que tenga una sala en la que poder apreciar diferentes réplicas de trofeos que ha ganado, camisetas suyas, botas…”, explica.
Ganó el Mundial un domingo en Qatar, el martes llegó la selección argentina a Ezeiza y el miércoles estaba en su pueblo festejando con su gente. No se olvida de sus raíces. Después de participar en los Juegos Olímpicos, Julián donó la prima de un millón y medio de pesos que recibió a su querido Club Atlético Calchín para mejorar las instalaciones y recursos. No fue la primera vez que contribuyó. “Donó la indumentaria deportiva para el fútbol femenino de Calchín y envió una gran cantidad de botines. También mandó a la municipalidad las camisetas firmadas de River y de la selección cuando salió campeón”, revela Héctor Luna.

Julián le guarda especial aprecio a su primer entrenador, Rafael Varas, y ha tenido varios detalles con él a lo largo de estos años. Le obsequió con una camiseta firmada y dedicada con la que había jugado en River. “Un día me sorprendió el tamaño del regalo que me mandó. Era una camioneta, porque se enteró de que necesitaba una. Fue realmente emocionante. Es una persona bondadosa, igual que su familia”, relata el entrenador. “Julián es mi ídolo y me llena de orgullo haberme cruzado en su camino”, añade.
“La Arañita”, “La Araña” o Julián Alvarez. Diferentes etapas, pero la misma persona. Un futbolista que levanta estadios y hace disfrutar a gente en cualquier rincón del mundo. Alejado de los focos y de las polémicas, solo fútbol. Y, fuera del campo, una persona humilde que deja huella en los que le conocen. Además de ser el orgullo de un pueblo, Calchín, de apellido Alvarez.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todo el deporte en un solo espacio: la actualidad del día, la agenda con la última hora de los eventos deportivos más importantes, las imágenes más destacadas, la opinión de las mejores firmas de AS, reportajes, vídeos, y algo de humor de vez en cuando. Si estás interesado en licenciar este contenido, pincha aquí.
Rellene su nombre y apellidos para comentar
Tu opinión se publicará con nombres y apellidos