Juanfran dejó un agujero
La salida del alicantino, en 2019, dio paso a un carrusel de laterales derechos en el Atlético que no terminan de asentarse. Trippier destacó, pero no aguantó, Nahuel lo intenta, Llorente se hace fuerte...
El lateral derecho es en sí mismo un tema con miga para el Atlético desde hace unos cuantos años. Lo es sobre todo desde que se marchó Juanfran en 2019, aunque en realidad lo era incluso antes. De hecho, el alicantino fue en su momento una solución de emergencia que acabó relanzando su carrera. Y en este tramo, llegaron jugadores para hacerle competencia y tampoco ninguno fue capaz de imponerse y hacerse fuerte. Un lustro después, terminando 2024, el puesto sigue abierto con un Nahuel a la baja, un Llorente que aún no lo siente suyo y un Azpilicueta cumplidor.
Juanfran, sobre Perea y Sílvio
Cuando llegó Simeone a finales de 2011, el Atlético tenía a Perea, ya veterano y con un rol más secundario, a Sílvio, que había llegado ese verano pero las lesiones le limitaron mucho, y a Juanfran, a quien Manzano ya había probado en el lateral. El argentino apostó desde bien pronto por el ex de Osasuna, que se hizo gigante en la posición, donde acabó jugando más de 300 partidos como rojiblanco y conquistó un sitio en la Selección. Juanfran se fue en 2019, pero antes llegaron al club otros laterales para elevar la competencia.
En la casa estaba a Manquillo, canterano que fue alternativa desde su debut en la 11-12 hasta que se marchó en 2014. Jugó 17 partidos. En ese verano, tras la conquista de la Liga, llegó Jesús Gámez por 2 millones desde el Málaga. Con un saque de banda poderoso, jugó casi tanto por la banda derecha como por la izquierda. El dueño del carril seguía siendo Juanfran. El malagueño estuvo dos años y, en 2016, el Atleti hizo una apuesta importante: Vrsaljko, del Sassuolo, por 14 millones.
La apuesta por Vrsaljko
El croata, uno de los mejores de la Serie A en su puesto, suponía una buena competencia e, incluso, complemento. En varios partidos de la 16-17 Simeone juntó a Vrsaljko con Juanfran, este por delante rememorando sus tiempos pasados como extremo. Al balcánico, sin embargo, las lesiones le lastraron mucho y nunca terminó de hacerse con el sitio. En la 17-18 la competencia estaba muy reñida y el tramo final parecía el momento de Sime: fue titular en la ida de la semifinal de la Europa League con el Arsenal —Juanfran estaba lesionado—, pero salió expulsado a los 10 minutos (así que la vuelta la jugó ahí Thomas Partey); también entró Vrsaljko en el once de la final y, con una amarilla ya, fue sustituido en el descanso por Juanfran. Ese verano, tras ser subcampeón del mundo con Croacia, se marchó cedido al Inter.
Así, la apuesta de 2018 fue Santiago Arias, el mejor jugador de la liga neerlandesa, por quien el Atleti tuvo que pagar 11 millones al PSV. De nuevo, la competencia por el 2 fue muy reñida: en aquella primera Liga, el colombiano fue titular en 20 jornadas y Juanfran en 18 (un par de ellos por la izquierda). Empate técnico. Incluso los canteranos Carlos Isaac y Solano tuvieron su momento. En aquel verano de 2018, por cierto, el Atleti firmó por 7 millones a Jonny Otto, que en el Celta jugaba en ambos laterales, pero salió cedido al Wolverhampton y nunca llegó a vestir la rojiblanca.
Trippier, para olvidar a Juanfran
En 2019, como hemos dicho, quien se marchó fue Juanfran y la elección para el lateral fue Trippier, del Tottenham, que costó algo más de 20 millones. Arias continuó y Vrsaljko regresó de Milán, pero lesionado por lo que no pudo jugar ya hasta después de Navidades, aunque el dueño del puesto era el británico. Su rendimiento se disparó en la 20-21, donde formó una gran sociedad con Llorente por la derecha para que el Atleti conquistara la Liga. No obstante, en esa misma temporada el británico tuvo que cumplir una sanción por un asunto de apuestas y Vrsaljko ocupó dignamente el puesto.
En el ecuador de la 21-22 saltó la sorpresa y Trippier pidió al Atleti que le dejara regresar a Inglaterra. Se marchó al Newcastle y el club rojiblanco reclutó a Wass, del Valencia, por 2,7 millones. La mala suerte se cebó con el danés, que debutó en el Camp Nou, se lesionó la rodilla y no volvió a jugar más esa temporada, ni nunca con el Atleti en partido oficial. Vrsaljko y Llorente se encargaron de cubrir ese agujero. En verano, medio año después de la salida de Trippier, el Atleti se lanzó a por Nahuel Molina, lateral de Udinese que costó 20 millones. Con las marchas de Vrsaljko y Wass, el argentino quedaba como único 2.
Nahuel, campeón del mundo, y Llorente
Nahuel empezó dejando muchas dudas en el Atlético, pero se marchó al Mundial de Qatar, regresó como campeón y durante los siguientes meses pareció otro mucho mejor que el anterior. Ni siquiera necesitó los relevos de Doherty, que llegó en enero desde el Tottenham con la carta de libertad y jugó solo 16 minutos, el fichaje con menos tiempo de juego —entre los que han debutado, que algunos ni eso— de la historia del Atlético. En 2023 aterrizó para apuntalar la posición Azpilicueta, libre desde el Chelsea, pero más como un recurso puntual.
La última apuesta para la posición es Marcos Llorente, que ha jugado prácticamente de todo y a quien no termina de convencerle la idea, pero que en estos momentos puede considerarse como el titular. Aquel tramo post-Mundial de Nahuel queda muy atrás y en la pasada temporada dejó más sombras que luces. El 14 le ha adelantado, aunque Simeone no le pierde la fe al argentino, de quien espera que la amenaza de Llorente le espolee. Entre ellos dos y alguna aportación de Azpilicueta resolverán la papeleta, pero para el futuro el Atlético tiene un tema sobre la mesa...
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