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REAL VALLADOLID

José Zorrilla, parque de atracciones

El estadio del Real Valladolid ha acogido tres partidos en la última semana, generadores de emociones únicas y reuniendo a un total de 33.831 espectadores.

Representantes de los clubes convenidos con el Real Valladolid.
Real Valladolid

El verde del José Zorrilla ya descansa después de convertirse en un parque de atracciones en la última semana, en la que ha acogido tres partidos generadores de múltiples emociones, en algunos casos, únicas. Así lo fueron aquellas que se vivieron en el primer encuentro disputado por el Real Valladolid Simancas, primer equipo femenino, en el templo el pasado domingo, y también este último, en el enfrentamiento que el Promesas disputó frente al Palencia Cristo Atlético, derbi con alternativas y resuelto con un vertiginoso empate a tres.

La historia acontece en ocasiones solo una vez; otras se repite, pero la magia de las primeras veces es inigualable, como lo fue el ambiente generado en el primer partido de fútbol femenino en los más de 40 años de historia del templo, al que acudieron más de 11.000 personas. El paladar blanquivioleta degustó una victoria convincente, en un envite en el que las jugadoras de Rubén Beltrán cuajaron una buena actuación, aplaudida por los aficionados incluso días después; muchos de ellos, sorprendidos desde el desconocimiento previo por el juego visto.

“Es algo que no se puede describir”, dijo respecto de esa primera experiencia el entrenador del Real Valladolid Simancas en la rueda de prensa posterior, algo que, a pesar de la derrota, cercioró el técnico del Olímpico de León, Jairo Díaz. “Nos va a costar mucho asimilar lo vivido. Se lo he dicho a las chicas: lo van a valorar mucho más con el paso de los días. Les pedí que disfrutasen, porque es algo que a lo mejor no van a poder volver a vivir”, explicaba el visitante, sonriente y, como su homólogo, dejando que la emoción se reflejara en sus ojos.

Una sonrisa parecida esbozaba siete días más tarde, este domingo, Chuchi Jorques, entrenador del Palencia Cristo Atlético, minutos después del empate cosechado por su equipo ante el Promesas. En parte, por el mismo motivo; por haber sido capaces de disfrutar de un campo de Primera División. “Es un escenario precioso y a los chicos les podía pasar factura en el tema emocional, porque no todos los días van a tener la oportunidad de jugar en un campo así”, afirmó el palentino, una vez concluido el derbi con un empate a tres en el marcador.

Entre uno y otro partido, la afición del Pucela vivió la decepción del mal encuentro ante el Athletic, el mayor sinsabor de los tres envites, en tanto en cuanto las sensaciones se acercaron más a las de las últimas salidas que a las habituales en las actuaciones de casa de los de Pacheta. Pese a la lluvia y pese a ser viernes, al estadio acudieron 21.707 espectadores. Sumados a los 11.341 que lo visitaron con motivo del partido del equipo femenino y a los 783 que vieron el del Promesas y el Palencia Cristo, totalizan 33.831 aficionados en apenas una semana, una cifra nada desdeñable que confirma la atracción que despierta el blanquivioleta.

Pozo, dos veces en un par de días

Si en la previa del partido frente al Espanyol fueron presentados en el estadio los tres equipos femeninos de la cantera, este domingo representantes de clubes convenidos con el Real Valladolid militantes en sus estructuras formativas salieron al verde acompañando a los jugadores del Promesas y a los del Palencia Cristo, en otro gesto de la entidad por cuidar el entorno que le rodea y acercarse a él. Al acabar, los futbolistas del filial no se encaminaron directamente a vestuarios: antes se acercaron a la grada a firmar autógrafos y hacerse fotos con su gente.

Entre los pupilos de Baptista hubo uno que pisó por segunda vez ese verde en apenas un par de días: Manu Pozo, que venía de debutar en Primera División el viernes y saltó desde el inicio como extremo derecho, posición que ocupa en el filial habitualmente, aunque por exigencias del guión actuase en el otro lado ante el Athletic. Aunque más lejano, alguien más vivió un déjà vu: Chuki, que jugaba en Zorrilla por segunda vez este curso, volvió a marcar, como ya hiciera frente al Zamora el pasado mes de enero.