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ATLÉTICO

João, con brillo pero sin eficacia

El portugués destaca y llena el ojo por su juego en los partidos pero ha hecho 16 remates para un solo gol, con 16 pérdidas por partido.

João, con el Chelsea. Con brillo, sin eficacia.
Darren WalshGetty

Cada partido del Chelsea se observa con detenimiento desde Madrid, desde el perfil colchonero. Juega João Félix. Ha quedado atrás su debut con pesadilla, un debut con los blues teñido de la roja que vio y los consiguientes tres partidos de sanción a causa de esa tarjeta. El João Felix del Chelsea es un futbolista con energía, muy implicado y motivado. Que llena el ojo, es imposible que no lo haga. Su talento, su ritmo, su desborde, activo entre líneas para girarse y mejorar cada jugada, pero... Pero ese brillo no tiene eficacia, trascendencia. Casi como en el Atlético.

Porque si fue el mejor en los dos partidos tras la sanción, el mejor en intentarlo muchísimo, el mejor en lo que generó, muchas ocasiones claras (contra el West Ham, antes de marcar, le anularon un gol), pero ante el Southampton ha estado bastante gris, pasando prácticamente desapercibido, arrastrado quizá también por la dinámica del equipo. Un Chelsea que casi 400 millones después sigue en el mismo lugar. La derrota. Solo ha ganado un partido en 2023. Los cuatro que ha jugado João son cero victorias, tres derrotas y un empate, ese ante el West Ham donde su gol fue clave.

Porque, a pesar del brillo, del bonito, ‘falta’ que João sea bueno: para ese gol ha necesitado 16 remates totales, con una eficacia a puerta de un 6%, según contabiliza @atletico_stats, cuenta especializada en estadísticas y números del Atlético en Twitter. Solo una de cinco grandes ocasiones de gol marcadas, 0 asistencias y 16 pérdidas por partido para tres ocasiones creadas.

Un futuro en el aire

Su llegada al club inglés recuerda, en parte, a su llegada al Atlético donde fue titular con Simeone en los ocho primeros partidos, con brillo, ritmo y talento, pero entonces llegaron las lesiones y fue perdiendo el sitio y la confianza del entrenador. Una relación rota que ha empujado a que el Atlético ceda en el pasado mercado de invierno al fichaje más caro de su historia, 127 millones pagados al Benfica en 2019 por incorporarle. El club le llevó al Museo del Prado para anunciarle. Pero en su etapa en el Atlético, esa que por contrato está llamada a continuar desde junio pero las sensaciones apuntan que, entre el técnico y el futbolista, si uno sigue no lo hará el otro, también tenían mucho brillo sus chispazos. Pero eran solo eso, destellos pronto sumidos en el gris que se fue solidificando a su alrededor como la noche.