Javi Galán descubre el banquillo
El lateral zurdo, suplente ayer en Mallorca, había sido titular en los 54 partidos de Liga en los que estuvo disponible desde que fichó por el Celta.
Si con Eduardo Coudet el once inicial de cada jornada era más que previsible, con Carlos Carvalhal casi siempre hay una sorpresa como mínimo. A principios de esta semana pocos esperaban que Javi Galán se cayera de la alineación para visitar al Mallorca, pero el lateral zurdo perdió la condición de intocable en Son Moix. Su primera suplencia en Liga desde que fichó por el Celta en el verano del 2021.
El carrilero disputó la pasada campaña 37 jornadas como titular. Solo se perdió el choque con el Betis en Balaídos por acumulación de tarjetas. Ese estatus de fijo, con 54 presencias en el once consecutivas estando disponible, lo mantuvo hasta ayer. Esta temporada lo había jugado todo en Liga menos los últimos cuatro minutos en la visita del Celta a Almería.
La imagen de Galán en el banquillo del estadio mallorquín llegó justo una semana después de que Iago Aspas abroncara al pacense con vehemencia por la altura de sus centros durante el duelo con el Villarreal. Pese al despliegue físico realizado por el lateral contra los castellonenses, Carvalhal consideró oportuno remodelar la banda izquierda para enfrentarse a los pupilos de Javier Aguirre. El técnico portugués colocó a Franco Cervi como carrilero y en la posición de interior que habitualmente ocupa el argentino situó a Luca de la Torre, por primera vez titular en Liga.
Fallo de Cervi
La apuesta del preparador celeste funcionó hasta el minuto 58, cuando un duelo perdido por Cervi ante Maffeo permitió al lateral local asistir a Dani Rodríguez en el único tanto del partido. A renglón seguido, Carvalhal retiró a De la Torre en la primera ventana de cambios y en la segunda, en el 75′, dio entrada a Galán en el sitio de Cervi. El extremeño se conectó rápido al partido, logrando desbordar en una acción que concluyó con un centro peligroso, pero no pudo evitar la derrota céltica.
Verse fuera de la alineación en un encuentro importante en la lucha por la permanencia supuso un nuevo varapalo para el carrilero de 28 años, a quien en los últimos meses las cosas no acaban de salirle como esperaba. Aunque la pasada primavera se le llegó a vincular con el Barcelona, durante el verano no apareció ningún equipo dispuesto a pagar los 18 millones de euros de su cláusula de rescisión. El notable rendimiento ofrecido en su primera campaña en Vigo no le permitió dar un salto de nivel. Se tuvo que quedar en el Celta y esta temporada, tanto individual como colectivamente, está resultando decepcionante.