Isco se sincera: “Me sentía una víctima y no lo era”
“Perdí la ilusión por demostrar, por jugar; me vine abajo y no tuve la fuerza para revertir la situación”, confiesa Isco en Universo Valdano. “Quien más se arrepiente soy yo”, zanja.
Isco se abre. “En ese momento estaba peleado con todo el mundo, le echaba la culpa a Menganito, Fulanito... me sentía una víctima y no lo era. No lo era”, es una de las muchas confesiones que ha dejado en su charla para Universo Valdano (se emitirá el miércoles a las 21:00 horas, pero ya se conoce un avance). En ella, Isco admite que, ahora que ha pasado tiempo, considera que pudo luchar más en sus últimos años en el Madrid. Y que se arrepiente. “Te planteas por qué no diste un paso más, luchaste más... ahora reconozco que en ese momento perdí un poco la ilusión por demostrar, por jugar, por quitarle el puesto a un compañero. Me vine un poco abajo y no tuve la fuerza mental para revertir la situación”.
Fragmento de la entrevista
―No sé muy bien lo que pasó, nadie fue claro conmigo. Con Solari jugué un partido de Copa y luego... minutos sueltos. Yo no sabía cómo estaba, si bien o mal. Y me vine abajo.
―¿Te reprochas algo?
―Mucho. Pero eso te lo da el tiempo. En ese momento estás cabreado con todo el mundo, todo te parece mal...
―Te lo da el tiempo... ¿Y la terapia?
―Sí, sí. Cuando estás en esa situación, nada es culpa tuya, echas balones fuera constantemente. Pero el tiempo te da la perspectiva de qué hiciste tú para cambiar. Te planteas por qué no diste un paso más, luchaste más... ahora reconozco que en ese momento perdí un poco la ilusión por demostrar, por jugar, por quitarle el puesto a un compañero. Y eso que era algo que ya había hecho anteriormente. Me vine un poco abajo y no tuve la fuerza mental para revertir la situación... que sí había tenido otras veces.
―Es una pena, por el futbolista que no disfrutamos todos. Al menos unos años más...
―Pero quien más se arrepiente soy yo... y lo digo ahora que ha pasado mucho tiempo, que vuelvo a disfrutar del fútbol como un niño pequeño. Pero en ese momento estaba peleado con todo el mundo, le echaba la culpa a Menganito, Fulanito... me sentía una víctima y no lo era. No lo era.
Un adiós amargo
Campeón de tres Ligas, cinco Champions, una Copa, tres Supercopas de Europa, tres Supercopas de España y cuatro Mundiales de Clubes... su última temporada fue una despedida por la puerta de atrás: disputó 407 minutos, repartidos en 17 partidos (cada vez que jugaba, disfrutaba de una media de 24′). Aquel curso, bajo las órdenes de Ancelotti, sólo Bale (290′), Ceballos (338′), Vallejo (353′), Lunin (390′) y Mariano (397′) jugaron menos. Nueve años después de llegar procedente del Málaga (llegó con el Golden Boy debajo del brazo), se marchó sin vítores. Sin apenas despedirse. Una marcha amarga... de la que, con el tiempo, va pudiendo hablar. Y hacer autocrítica.
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