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Isco: más corazón que fútbol

El malagueño debuta con el Betis siendo titular ante la Real y dejando pinceladas de su talento. Quiso más que pudo. Pellegrini le entrega el rol de Fekir.

Isco, ante Brais.
Real Betis

Llegó el día. Isco debutó como verdiblanco ante la Real Sociedad y lo hizo como titular en este último duelo veraniego del Betis. ¿Está preparado para el inicio de Liga? La respuesta sigue en el aire. El malagueño dejó señales de su indudable calidad al tiempo que sufrió por momentos ante la intensidad en la presión del conjunto de Imanol. Pellegrini lo ubicó por detrás del punta, en esa zona de media punta en la que suele brillar Nabil Fekir. Escoltado por Guido. En alianza con Ayoze. Inició el duelo de forma cauta hasta que decidió que la timidez nunca había sido su mayor virtud sobre el césped. No jugaba desde el mes de octubre de 2022 cuando disputó sus últimos minutos oficiales con el Sevilla. El nuevo Isco, aunque a medio gas, parece estar de vuelta.

Una carrera de Kubo en los primeros minutos reflejó que quizás Isco no esté en el esplendor de ritmo físico que desea Pellegrini. Tiene pocos entrenamientos en sus piernas y hay esperanza en que tome una dinámica de juego que le permita ser más protagonista e incisivo en el juego. Se apresuró a retrasar su posición en muchas ocasiones para tomar las riendas de la construcción. Al estilo Fekir. Pero sin la potencia ni la conducción del francés. Probó lanzamientos en largo y lo peleó casi todo. Su talento, presente en cada control, necesita más participación. Y la Real no era el mejor enemigo para tenerla.

Pellegrini dejó a Isco sin segundo tiempo. Lo sustituyó por Rodri al descanso en lo que parecía un plan programado. El chileno quiere que el malagueño tome ritmo de competición y exprese su talento sobre el césped, pero de momento sólo funciona a base de pinceladas. Isco necesita tiempo de juego y Pellegrini se lo dará en los siguientes envites, los que ya sirven de verdad para medir virtudes y castigar errores. Nueve meses después, Isco está de vuelta. Y es la única realidad que le importa de momento a Pellegrini.