Iker Montes, como su amigo Sannadi, ejemplo de superación
Ha transitado por dos operaciones de ligamento cruzado en cuatro años, una repetida. Juega de nuevo en el Leioa: “Maroan no tiene techo”, lanza.


Dos goles con la SD Leioa al Eibar C en Tercera Federación en el 2-5 final catapultan de nuevo a Iker Montes (Bilbao, 7-1-1999). Tercero tras Basconia y Portu, el equipo de la Margen Derecha disputa el playoff de ascenso ante el Beasain en una senda exigente. Si pasa el corte, se enfrenta a otra criba regional y otra nacional definitiva: “A tope, muy contento, ya tocada”, lanza aliviado el centrocampista de Etxebarri a AS.
Montes ha sufrido dos operaciones de ligamento cruzado en cuatro años, una de ellas repetida en el quirófano porque algo salió mal: “He tenido un máster, lo he llevado bien. Esta tercera es la que más daño mentalmente me ha hecho”, reconoce maduro. Tras 11 meses y tres semanas regresaba a la terrenos de juego con el Leioa. “Iba a remolque porque no sabía qué era. Algo no funcionaba. Cuando me hicieron una nueva resonancia se vio que la sutura del menisco externo no se había fijado. Estuve cinco días de ingreso, con un catéter epidural”, describe Montes. Ahora, recuperado tras casi un año de ardua rehabilitación, suma cinco partidos con el Leioa a pleno rendimiento. A sus 26 años compagina el fútbol con un trabajo de apoyo en educación especial en el Colegio Jesuítas de Indautxu. “Cuando te gusta, te cuesta menos”, relata en una actividad vocacional el exjugador de las inferiores del Barakaldo y Eibar, pasando por Santurtzi, Amurrio y primer equipo del Barakaldo antes de su desembarco en Sarriena.
Montes es amigo del ahora león Maroan Sannadi. Jugó con su hermano, el central Aimane Sannadi, cosecha del 98, en las filas del Amurrio, aunque lo ha dejado por trabajar a turnos en una empresa. Valora la irrupción del fornido delantero en la élite, sorprendiendo a propios y extraños: “Lo conozco desde hace años, ha sido todo muy rápido. Es verdad que el Barakaldo se le quedó muy corto. No había encontrado el sitio idóneo para explotar y en el Barakaldo lo encontró”, describe. Sostiene Montes de Sannadi que cada vez que se vaya “adaptando” más a la élite, el 21 rojiblanco “va a dar más nivel seguro, tiene muchas condiciones. No va a tener techo”, adelanta. Lo describe como un chico “tranquilo, corriente”, que sigue llevando la misma vida que cuando campaba en la Primera Federación hace apenas unos meses en su domicilio en Basauri: “Tiene a los amigos de siempre. Me extraña que vaya a cambiar, es demasiado normal, con las ideas muy claras”, zanja.
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