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SEVILLA

Ícaro Sevilla

El club de Nervión se ‘quema’ y acaba desplomándose cada vez que osa desafiar a los ‘soles’ de LaLiga. Ya le ha ocurrido dos veces durante este siglo.

El Sevilla, tras una derrota de esta temporada.
MIGUEL MORENATTIDiarioAS

Anda el Sevilla con los dos ojos puestos todavía en salvar la categoría, seis puntos apenas por encima de los puestos de descenso, pero en el Sánchez-Pizjuán también empiezan a sonar tambores de reconstrucción. El club acaba de pedir un crédito de más de 100 millones de euros para tapar agujeros y el verano se presenta loco pero también austero en fichajes: con poco dinero habrá que desprenderse de un montón de futbolistas y traer a otros muchos que los sustituyan. Y esta vez, la hercúlea tarea no recaerá en Midas Monchi: le toca a Víctor Orta.

Han transcurrido apenas 10 meses desde que el Sevilla tocó plata de nuevo en Budapest con la Séptima Europa League, como con la inercia de la estrella que anda lejos de sus mejores tiempos pero, en su declive, es capaz aún de improvisar un último gran éxito. Más que ayudarle a renacer, aquella hermosa canción húngara suena ahora mismo como el dulce epitafio de una gran época que se fue, que se estaba yendo ya desde febrero de 2022, cuando con Lopetegui todavía al mando a los nervionenses les costó un mundo aguantar la 4º plaza. En abril de 2021, ni siquiera un año antes, el Sevilla peleaba en la jornada 32 el título de LaLiga: era 4º, sí, pero a apenas tres puntos del entonces líder y a la postre campeón, el Atlético. El Sánchez-Pizjuán se había vuelto a acercar demasiado al sol... Y tres años después, mientras el calor no dejaba de avisar, se ha acabado quemando.

Un complejo de Ícaro que se ha repetido ya este siglo. En 2007, mientras inauguraba esta era de gloria con dos UEFAS, una Copa, una Supercopa de España y otra de Europa, Nervión rozó el título liguero con los dedos. Lo disputó hasta la penúltima jornada, cuando un empate a cero en Mallorca le dejó con la miel en los labios. La caída fue entonces menos vertical y dejó asimismo por el medio otro título, el de la Copa del Rey de 2010. Sin llegar al drama actual, el Sevilla también sufría ya la ‘resaca’ de esos grandes tiempos: arruinado igualmente por una mala política de fichajes y de sueldos, sumó dos 9º puestos seguidos en 2012 y 2013, aunque en esta última campaña lograra clasificarse para Europa gracias a las deudas del Málaga y el Rayo, que le habían precedido en la tabla.

Aquel verano de 2013 Monchi realizó casi 40 operaciones entre traspasos, préstamos, fichajes y futbolistas que se fueron libres. Recaudó casi 100 millones en ventas (Negredo, Navas, Kondogbia, Medel, Luis Alberto...) y el Sevilla se vio obligado a jugar rondas previas de la Europa League, desde principios de agosto. A partir de entonces: 5 títulos europeos más, 8 participaciones en Champions y dos finales de Copa del Rey mientras intentaba dar el salto, fallido, hacia algo más grande. El gran Julen Lopetegui se acercó demasiado. Ese afán por tocar el sol ha vuelto a chamuscarlo.

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