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BARCELONA - ALAVÉS

Ianis, el hijo de Hagi, ante una cita especial frente al Barça

El centrocampista rumano quiere hacer su carrera sin que le pese mucho el apellido. Su padre mostró mucha clase en el Madrid y como culé.

Ianis, el hijo de Hagi, ante una cita especial frente al Barça
L. RicoEFE

Ianis Hagi (25 años) nació en Estambul, cuando su padre jugaba en el Galatasaray. El Maradona de los Cárpatos también hizo su carrera en España, en el Barça sin ir más lejos, por lo que el futbolista rumano chapurrea un poco en español. Prefiere expresarse en inglés pero, la similitud del castellano con el rumano le permite desenvolverse sin problemas a la hora de comunicarse con sus compañeros o de recibir órdenes y saber interpretarlas.

El hijo del mito empezó a jugar al fútbol en Rumanía, en la academia de su padre y en el Constanza, donde estuvo varias etapas. Dio el salto al extranjero en la Fiorentina y, luego, en Bélgica, en el Genk, y actualmente estaba en el Glasgow Rangers escocés. Llegó cedido a Vitoria en el mercado estival y el préstamo, sin opción de compra, es hasta el próximo mes de junio. García Plaza buscaba un hombre con capacidad de saques de falta o de córneres y el club se decidió por el jugador rumano.

Ianis, el hijo de Hagi, ante una cita especial frente al Barça
Ianis Hagi

Tiene un carácter afable y no le pesa el llevar el apellido que tiene. “Para mí es un honor ser un Hagi”, suele decir. En la selección sub-21 de Rumanía se caracterizó por marcar goles increíbles con faltas muy ajustadas o con saques de esquina que incluso terminaban en tanto olímpicos. Es ambidiestro, le pega con las dos piernas pero el otro día, ante el Almería, falló un penalti por lanzarlo, precisamente con la derecha cuando acostumbra a hacerlo con la izquierda. Los córneres son suyos salvo en contadas excepciones, y las faltas que hay que colgar al área, también.

Empezó chupando banquillo porque Jon Guridi se mueve por su demarcación y es uno de los jugadores más utilizados por Luis García Plaza. Pero, sin Salva Sevilla ni Toni Moya en la plantilla, el que sacaba la estrategia era el lateral izquierdo Rubén Duarte. Y eso no le gustaba del todo al entrenador. Para encontrarle hueco en el equipo, o desplaza a Guridi en el doble pivote de la medular o incluso cae a la banda derecha, donde se desenvuelve peor que por detrás del delantero. Habrá que ver si tiene espacio en el once de Montjuic considerando que se podría apostar por la defensa de cinco.

Una vez termine el partido, el hijo de Gica se marchará a su país porque es internacional con Rumanía absoluta. En la última ventana FIFA incluso hizo un gol en partido oficial. Tiene pegada y talento pero todavía le quedan muchos kilómetros para aproximarse a la categoría de su padre. Él lo sabe, lo asume y no se presiona demasiado. “Él era Gheorghe y yo soy y quiero ser Ianis”. Por lo pronto, a su espalda lleva el dorsal 10, uno de los más emblemáticos de cualquier plantilla de fútbol profesional.

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