Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

COMUNICACIÓN | ENTREVISTA A SIRO LÓPEZ

“He encontrado en Twitch la horma de mi zapato”

Siro López se repasa en AS mientras desgrana ‘Un tipo con suerte’, el libro de sus memorias en el que habla de todo. Florentino, El Chiringuito, Hacienda...

Siro López, con mostrando la portada de sus memorias 'Un tipo con suerte'.

‘Un tipo con suerte’ (Plaza y Janes) a los diez días de su lanzamiento ya iba por la segunda edición. Aglutina las memorias del periodista Siro López (Sarria, Lugo, 1956; 67 años) al que Twitch ha convertido en ‘El abuelo de Twitter’ mientras le daba una segunda juventud. “Me siento orgulloso de poder decir que he llegado a tres generaciones distintas, porque hoy me ven los nietos de los abuelos que me escuchaban en la radio, con García, mientras sus hijos me vieron por televisión”. Ameno y divertido, es una especie de Rayuela, que puedes leer seguido y también a saltos, de ‘cuando en cuando’. Mientras Siro se desnuda, porque lo hace, se cuenta todo. Desde los abusos que sufrió cuando era un niño de cinco años, su problema con Hacienda o su salida de El Chiringuito.

Momento de la presentación del libro de memorias de Siro López, 'Un tipo con suerte', en El Corte Inglés de Callao, en Madrid.
Ampliar
Momento de la presentación del libro de memorias de Siro López, 'Un tipo con suerte', en El Corte Inglés de Callao, en Madrid.

-Acaba de publicar ‘Un tipo con suerte’ (Plaza y Janes), sus memorias. Y en 359 páginas no se puede desnudar más, se quita toda la ropa.

-Es que si no… Una memoria tiene que ser eso, lo más sincero posible.

-A mí particularmente me impactó mucho algo que cuenta al principio. Los abusos sexuales que sufrió con cinco años por parte de una vecina adolescente.

-A mí no me marcó. Hay quien me dice que son imaginaciones mías. Que con esa edad no se recuerda. Pero yo sé lo que sé.

-Es un libro para tres generaciones. Las mismas a las que, usted, como periodista ha llegado.

-¡Hay gente que ahora es abuela que me escuchaba en Antena 3 y son sus nietos los que le hablan de mí! Me resulta muy curioso. Eso sí que creo que tiene su mérito: poder comunicarte con tres generaciones distintas y que tu mensaje les llegue a todos. A veces tu comunicación es más complicada porque tu lenguaje no es el más cercano, yo por suerte, tengo a Xavi que tiene 22 y eso me ha ayudado, no me ha costado, no es nada impostado. Yo siempre lo digo, que no tiene mucho mérito. A mí cuando la gente me pregunta siempre lo digo, es como hacer radio y tele, lo mismo que he hecho durante un montón de años, desde casa.

-Twitch tiene mucho que ver. Un mundo muy cercano a los jóvenes pero que parece muy lejos de aquel en el que usted comenzó, cuando usted era joven… ¿Qué le costó más?

-Primero si mi hijo Xavi no viviera en casa y no tuviera 22 años para mí hubiera sido imposible. El tema informático yo no lo controlo. Ahora los chavales, aunque no hayan estudiado, sí ya, en el Bachiller y tal, les empiezan a enseñar informática. Yo el ordenador lo utilizaba para escribir correos, para word y pocas complicaciones más. Y si no hubiera estado él yo no hubiera podido porque a mí técnicamente se me hacía un mundo. Fíjate, en la radio que yo conocí hace cuarenta años a la de ahora no tiene nada que ver. Yo empiezo en Twitch un poco por insistencia de Xavi, yo estaba convencido de que a los chavales jóvenes no les iba a interesar. Y mi hijo me decía: “Pero, papá, por qué, con lo bien que le caes tú a la gente en ‘Colgados del aro’, porque mis amigos me hablan de ti”. Y yo le decía: “Pero hijo, qué va a hacer gente como tú o más joven que tú, que son los consumidores de Twitch, viendo a un viejo de 64 años, que tenía yo en ese momento”. “Que sí papá, que sí, que eres muy divertido”. Yo no lo veía muy claro pero a los dos, tres meses de haberme abierto la cuenta y no utilizarla y al final un día casi por callarle la boca decidí empezar y tal. Y me fue muy bien.

-¿Qué es más duro: el periodismo que se hacía antes o lo de ahora?

-Creo que es diferente. Y creo que es más difícil el periodismo de ahora. ¿Por qué? Porque ahora te están examinando cada diez minutos, al tener esa interrelación, con el chat, igual que en el resto de las redes sociales, como en Twitter, aunque en Twitter hay mucha toxicidad, la gente te va diciendo si lo estás haciendo bien o mal, cada veinte segundos, un examen. Antes no. Antes podía meter las mismas pifias, con García, en la radio, pero no había nadie que te dijera que te habías colado. Pero si tú no te das cuenta de que estás cometiendo un error no te corriges, y también hacer que tengas más cuidado con lo que dices y en la información que das.

-¿Qué es lo que más le ha costado contar?

-No ha habido nada especial. Sí ha habido algo que querido: “Lo tengo que hacer”. Y es un capítulo dedicado a Julita. El libro está enfocado más al tema profesional que al personal, que ocupa solo desde que nazco hasta que me empiezo a dedicar a periodismo. Todo lo demás son anécdotas y vivencias que han tenido que ver con el periodismo y lo que yo he vivido. Pero sí que quería hacer una pequeña excepción con Julita porque, aunque creo que soy bastante cariñoso, no sé expresarlo, o no lo muestro bastante. A veces el decir te quiero me cuesta y quise hacerle un poco un pequeño homenaje, mi reconocimiento hacia ella, como una carta de amor. No me costó porque lo hice del tirón pero sí dije: “Quiero hacerlo por escrito”. Hay cosas que le digo ahí que nunca se las había dicho.

-Porque se desnuda, se cuenta como un libro abierto, valga la redundancia.

-Tuve claro que tenía que contarlo todo. Dices, por ejemplo, lo de Florentino Pérez.

-Cuenta que le dejó de hablar, cómo.

-A mí por ejemplo, más que costar escribirlo, lo que quise es que tanto Pablo Lolaso y Lorena (González) que me han ayudado con el texto, como los editores de Penguim Random House, que lo leyeran porque no quería que quedara una imagen o que se reflejara que yo soy un tío desagradecido. A lo mejor a Florentino no le gusta que cuente esto y que yo pueda estar dolido por algunas cosas y no quería dar esa imagen, de desagradecido, porque no lo soy. Lo demás, lo único que me preocupaba es contar la verdad, o por lo menos mi verdad, ser lo máximo sincero posible, pero que nadie al leerlo piense que soy un desagradecido, que Florentino me ayudó en esto, en lo otro, y eso es lo único que me preocupaba.


"El periodismo de ahora es más difícil que antes, que no te examinabas cada veinte segundos..."

-Una de las cosas que cuenta es que, cuando estaba en ‘Punto Pelota’, en ‘El Chiringuito’, usted tenía la sensación de que para la gente era un periodista agresivo, que no le veían como en realidad eras, como sí te ven ahora, que en Twitter le consideran ‘El abuelo de España’.

-(Ríe) Sí. Es verdad que yo nunca fingí, que todas mis discusiones iban en serio pero sí es verdad que ese tipo de programa y ese tipo de discusiones que había sacaba lo peor de mí, no es que no fuera yo, es que sacaba mi lado malo. Y yo a veces me iba a casa fastidiado conmigo mismo. Yo llegué a hablar con Pedrerol para dar un paso a un lado y estar medio año en la sombra, no salir porque sentía que me estaba quemando. “¿Cómo puedo haber dicho esto?, ¿haberme enfrentado a un compañero, a una amiga?”. Y la gente tenía esa imagen de mí que no era del todo real. Que ese lado también lo tengo, pero yo soy muy tranquilo y sólo discuto si te puedo convencer, algo que en mi vida real es más esporádico. La gente que me conoce sabe que soy el mismo ahora que hace 40 años.

-¿Cómo está viviendo eso de ser “el abuelo de Twitch”?

- La gente que me conoce sabe que soy el mismo ahora que hace 40 años. Pero yo siempre he tenido claro que estamos en una noria en esta profesión, que un día estás arriba y otro abajo. Estuve arriba con José María García y después me fui a A Coruña y me tocó empezar de cero, al cabo de unos años cogí la jefatura de Telemadrid y volví a subir… ¿Y cómo vivo todo esto ahora? Pues feliz porque hago lo que más me gusta y si también tienes un pequeño reconocimiento por parte de la gente, pero ni me subo en exceso cuando las cosas me van bien ni me hundo cuando me van mal. Lo de ahora lo vivo contento porque permite seguir trabajando en lo que yo siempre he dicho que es mi hobbie y me pagan y llevo viviendo de ello cuarenta y pico años. Pues lo vivo así, con ilusión, sin creerme más que nadie y lo único que le saco la parte positiva y pensar que esto me va a poder permitir alargar mi carrera profesional durante unos años más y hacer cosas que a lo mejor me hubiera hecho ilusión hacerlas más antes como viajar y hacer directos. Que vas a decir: “Pues vaya bobada”. Pero yo siempre quise ser periodista y lo explico en el libro para viajar para conocer mundo y porque me gustaba mucho el deporte. Y entonces uno de mis sueños hubiera sido trabajar en un programa estilo ‘Españoles por el mundo’ o ‘Madrileños por el mundo’ y eso, por ejemplo, el mundo de Twitch me puede dar la posibilidad de hacer eso. Irme al Europeo de baloncesto de Berlín y hacer directos desde allí. Pienso irme a finales de agosto, al Mundial de baloncesto que es en Filipinas y en Malasia y Japón, con directos también desde allí. Puede que haga cosas desde los Juegos Olímpicos de París, que me hace mucha ilusión porque yo hice en los de Barcelona…

-Pero al final, Siro, de lo que está hablando es de lo que hacen los periodistas, los enviados especiales, los corresponsales, desde siempre, pero en Twitch.

-Twitch es una ventana que se nos ha abierto no solo a los periodistas veteranos sino sobre todo a los jóvenes y a los chavales que están estudiando o quieren estudiar periodismo. Porque les abre una ventana en la que se pueden mostrar. Incluso a los que no quieran ser periodistas pero sí comunicadores como ser Ibai (Llanos) o chicos que están ahora delante de una cámara en Twitch. Entonces yo creo que esto es lo mejor que le puede haber pasado a nuestra profesión, el haber encontrado esta ventana para mostrarse y ver de lo que son capaces. Yo hago también entretenimiento, soy capaz de jugar al Fórmula 1 con los chavales y pasármelo pipa, por ejemplo.

-¿Alguna vez había jugado a la Play antes de esto?

-Sí, sí. Hay gente que me dice: “Es que haces cosas para quedar bien con los chavales”. Pero si a mí no me gustara jugar al Fórmula 1, ¿tú crees que lo haría? Pues no. Fórmula 1 no teníamos hace diez, doce años, pero recuerdo que me compré la silla, con Xavi, que era pequeño y con mismo, con la Play 2 o 3, no me acuerdo cuál era, corríamos rallies. O estábamos con el Monkey Island, yo mal porque soy un pato siempre mareado. O jugábamos al FIFA, he jugado con Xavi pero también con Siro, aunque mal también jugaba. Entonces a mí eso no me costado porque siempre he jugado aunque lo hiciera mal. Yo he encontrado en Twitch la horma de mi zapato, porque puedo hacer periodismo y también lo que antes hacía privadamente ahora lo hago en público y con gente.

-¿Qué ‘feddback’ está recibiendo del libro?

-Casi todos los que lo han leído coinciden en lo mismo, que es un libro muy ameno y divertido y que, sobre todo, se lee muy fácil y el comenzar cada capítulo con el “Cuando me fui al Europeo de baloncesto, cuándo conocí a Maradona…”, empezar todos así te permite ir saltando, no hace falta que lo leas de manera cronológico, que es el orden que tiene, pero tú puedes decir: “Me apetece leer cuando Siro fue a los Juegos de Seúl”. Y no hay problema, después puedes volver atrás y no pasa nada. Entonces lo que me llega es eso. Y después también que les sirve un poco para conocer, sobre todo a la gente joven, momentos de la historia deportiva de nuestro país y también de la historia social. Esa Galicia rural en la que no había luz, que se usaba candil, que no había agua corriente, servicios en casa y también es bonito conocerlo.