Hay esperanza para Eric Curbelo
El central de Las Palmas vuelve a ser uno más tras varios meses fuera del equipo. Ante el Almería, primera convocatoria del año. En San Mamés, la anterior.
Por ser, fue siempre Eric Curbelo un jugador imprescindible desde que subiera al primer equipo de Las Palmas en aquel mercado invernal de la temporada 2018/19, la primera tras aquel duro descenso a Segunda División. Lo mismo da que fuera con Paco Herrera que con Pepe Mel o García Pimienta, el central de Santa Brígida, hermoso enclave de las Medianías de Gran Canaria, siempre se hizo un hueco. Mejor como central, su posición natural, igualmente cumplidor como lateral derecho.
Sin embargo, su destino en la UD comenzó a torcerse en el presente curso futbolístico, en el que él, como tantos de sus compañeros, debutaba en Primera División. Ocurra que la competencia en el eje de la zaga comenzó a ser feroz con la llegada de Mika Mármol y el notable progreso de Coco, contando además con el coloso Álex Suárez. El puesto de lateral derecho fue convenientemente reforzado con Araujo y de nuevo Marvin Park, por lo que a Curbelo le tocaba fajarse como el que más y, pese a ser un destacado activo para García Pimienta (34 partidos, 2.649 minutos y 1 gol la temporada pasada), empezó de cero.
Tanto fue así que su debut en el presente curso futbolístico se dilató hasta el 27 de septiembre, cuando Las Palmas perdió en el Santiago Bernabéu (2-0). Allí jugó los 90 minutos, los únicos de los que ha disfrutado en esta vuelta de la UD a la categoría reina del fútbol patrio. Desde entonces, contador a cero y un bache tras otro.
Resulta que, el 6 de octubre, la entidad insular anunció, a través de un escueto parte médico, que Curbelo sufría “una lesión muscular en el aductor izquierdo”. Sin dar plazos de recuperación, lo cierto es que el regreso del zaguero se fue dilatando más de lo previsto. Poco a poco fue entrando en dinámica y siendo llamado a filas. Como en San Mamés, donde estuvo con sus compañeros el pasado 20 de diciembre pero no salió del banquillo.
Barranco Seco
Desde entonces, fundido a negro. De hecho, hubo días en los que ni siquiera comparecía en la colina de Barranco Seco, a las afueras de Las Palmas de Gran Canaria, donde la UD tiene su Ciudad Deportiva. Fue García Pimienta, su propio entrenador, quien reconoció en sala de prensa que Curbelo sufría un problema personal que le impedía ejercitarse con normalidad.
Se esperaba con anhelo su vuelta a lo que fue habitual, algo que ya parece una feliz realidad. De hecho, al alba de marzo de nuevo ejerció Pimienta como portavoz del club para reconocer que Curbelo había vuelto al trabajo grupal semanas atrás y que su recuperación iba lanzada. Tanto fue así que, el pasado domingo, 17 de marzo, el 6 de Las Palmas regresó de nuevo a la convocatoria, en este caso para recibir al Almería, casi tres meses después de haber estado disponible por última vez para su entrenador. Salvo contratiempo de última hora, formará parte de la expedición de Las Palmas que, ya la semana que viene, intente hacer cumbre en la montaña de Montjuic ante el Barça.
De hecho, la propia Unión Deportiva ha servido últimamente, a través de sus distintos perfiles en redes sociales, imágenes de Curbelo ejercitándose como uno más en la Ciudad Deportiva, su centro de trabajo como mínimo hasta el próximo 30 de junio. Ese día acabo su vínculo actual con Las Palmas. Nada se sabe acerca de una posible renovación. La única certeza, a día de hoy, es que hay esperanza, y mucha, para Eric Curbelo, peón incansable, compañero ejemplar. Guerra personal ganada, batalla colectiva superada.
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