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Hacer caja para volver a reinventarse

No queda otra. El Real Valladolid debe empezar casi de cero para poder tener un proyecto solvente para la próxima temporada. El varapalo del descenso es, además de deportivo, sobre todo económico. Y con la ayuda del descenso algo disminuida con respecto a la de hace dos temporadas, el club necesita ingresar para poder tener un límite salarial que le permita competir con verdaderas posibilidades de ascender. De momento ya tiene tres millones y medio que llegan del traspaso de Weissman al Granada más el ahorro de la ficha de Guardiola que será jugador del Cádiz. Sí, aunque parezca increíble, el Real Valladolid se ha logrado por fin quitar de encima a Guardiola. Parecen cantados los traspasos de Larin, Plata y Fresneda. Son los jugadores por los que parece que más dinero se puede ingresar. Y son futbolistas, sobre todo en el caso de los dos primeros, que no van a querer dar un paso atrás a la hora de tener que jugar en Segunda División. Además, hay futbolistas que parece que no tienen mucha intención de jugar en Segunda.

Amallah, El Yamiq, Machis y Kenedy y puede que hasta Javi Sánchez, pueden estar también en la rampa de salida. Es verdad que cada jugador será una historia pero, a priori, la renovación del vestuario puede ser enorme. Toca reinventarse. No olvidemos que en el último descenso aparecieron casos como el de Plano que se quiso ir al Levante o los de Olaza y Kike que hicieron todo para salir cedidos al Elche y seguir cobrando ficha de Primera División. Es curioso, pero los grandes responsables del descenso, que son los futbolistas, son los que primero quieren librarse de la obligaciones de jugar en Segunda tras haber bajado. Como siempre, el muerto queda en el armario del club y de los aficionados. El jugador, salvo el que no tenga otra cosa mejor, buscará salir del Valladolid para poder seguir disfrutando de un contrato mayor en la Primera División. Es la historia de siempre.

Y luego está el capítulo de los cedidos. Poca ilusión crea la vuelta de cualquiera de ellos. Es más, algunos volverán para marcharse otra vez. Narváez, Hugo Vallejo o Sekou no han aprovechado el año de cesión y no será fácil que Pezzolano cuente con ellos. Parece que han rendido algo mejor Janko y Malsa. Lo de la vuelta de Raúl García Carnero, desde el fracasado Deportivo, suena casi a broma de mal gusto. Poco se puede extraer de los retornos. Lo dicho, plantilla casi nueva para tratar de ascender. No queda otra.

Y estas cosas pasan cuando no se logra una estabilidad. Estar permanentemente bajando y subiendo no permite fijar un proyecto de continuidad. Y este año, además, en un verano que va a ser especialmente duro para la afición. El desánimo es enorme. Va a costa mucho levantar la moral del aficionado. Más que en las ocasiones de los descensos anteriores. La forma en la que se ha tirado por la borda una permanencia que estaba casi lograda ha sido impresentable. La imagen dada en el último partido ante el Getafe hará mucho daño. El club, en lo deportivo y en los social, deberá hacer encaje de bolillos para volver a ilusionar a la ciudad. Y tengo dudas de que en el club, después de lo que ha pasado, tengan las energías necesarias para conseguirlo. El tiempo nos lo aclarará.