Güler desata la ilusión
El turco ha cautivado al vestuario con su calidad y descaro. Su adaptación va según lo previsto y es uno de los mayores atractivos de la gira por Estados Unidos para el madridismo.
No se puede entrar con mejor pie. Eso se deduce de los primeros entrenamientos de Arda Güler en el Madrid. Goles, filigranas, pases sin mirar… El turco va a highlight viral por sesión. En el seno interno del club ha causado sensación su ambición y su desparpajo. Las expectativas son cada vez más altas, y no es de extrañar. La timidez que se le intuyó en su presentación como nuevo jugador blanco ha mutado en atrevimiento y clase al entrar en contacto con el balón. Su carácter reservado y su apariencia de niño engañan. En el campo se transforma. Allí es donde mejor se comunica, y así lo está evidenciando.
La pretemporada solo acaba de empezar y tanto en el cuerpo técnico como en el club reina la calma en lo que al futuro de Güler se refiere, pero no por ello se obvian las buenas sensaciones que hasta ahora ha transmitido. Empezando por la personalidad. “Descarto salir cedido”, dijo nada más llegar. Fue la principal condición que le puso al club blanco para firmar, a pesar de la competencia, y sus palabras han ido acompañadas de hechos. No solo quiere pelear por un hueco en la presente plantilla, sino que ya se ha puesto manos a la obra para conseguirlo.
Pese a disponer de vacaciones hasta el próximo lunes (disputó con Turquía los encuentros clasificatorios para la Eurocopa, ante Letonia y Gales el 16 y 19 de junio, respectivamente), Arda adelantó una semana su vuelta al trabajo. El objetivo, empezar a convencer a Ancelotti desde ya y aprovechar la ventaja con respecto a los internacionales para hacerse ver. También adaptarse lo antes posible. Y vaya si lo ha conseguido. En el vestuario ha caído de pie. Su fútbol ha cautivado a propios y extraños, especialmente su dominio con el balón en los pies, y el paso de los días le ha aportado soltura en lo social. En el entrenamiento de ayer, de hecho, se vio a buena parte de la plantilla jalear un gol suyo, con Kroos como director de orquesta. El alemán, siguiendo con el rol de padre y maestro que ejerce (junto a Modric) con los más jóvenes, le ha acogido en su regazo y ya mima los pequeños detalles. Güler no sabe aún pronunciar dos palabras en español, pero el idioma del fútbol es universal, y la plantilla en el campo le comprende. También con Valverde se le vio festejar el tanto, con una sonrisa de oreja a oreja y la euforia por las nubes.
Cada vez más mediático
Se va soltando con el paso de los días y eso gusta mucho en el club, que el domingo, un día antes de su primera jornada de trabajo, reunió al turco y a otros dos de los 5 fichajes del verano en una cena para que hiciesen piña. Bellingham, Güler y Brahim compartieron mesa y primeras conversaciones en el restaurante madrileño ‘De María’. Una estrategia sencilla y rápida con la que facilitar su adaptación. Hasta el hotel en el que se hospeda se han desplazado ya aficionados blancos para pedirle fotos. Con los hinchas se le percibe aún timorato y cohibido, pero ya causa sensación en el madridismo. Tanto en la calle como en redes (donde el Madrid publica diariamente las mejores jugadas que deja en cada entrenamiento).
Su lugar está en el campo y ahí es donde quiere brillar. Trabaja para ello, pero sabe que no es una empresa sencilla. Con él, asciende a ocho la nómina de mediocentros en plantilla (sin contar con Brahim, a quien la página web del club incluye en el grupo de delanteros), pero el nuevo esquema (4-3-1-2), que da cabida a cuatro centrocampistas, sus buenas primeras sensaciones y la lesión de Ceballos hasta septiembre, le abren las puertas del equipo de par en par. Ancelotti quiere verle en EEUU. En la gira, el turco dispondrá de cuatro partidos para convencer al de Reggiolo de que, a sus 18 años, está preparado. De momento, cuanto menos, ilusiona. Güler ya desata pasiones y el madridismo se relame. Bienvenido sea el talento.