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SEVILLA

Gudelj, el superviviente

Nadie juega más que el serbio en este Sevilla pese a que hace unos meses era prescindible en Nervión. El Mundial, un desafío añadido. Su potente disparo es una gran baza de ataque.

Gudelj, ante la Real Sociedad.
Toni RodriguezDiarioAS

Nemanja Gudelj lidera el ranking de minutos jugados en el Sevilla de esta temporada. ¿Esperado? Quizás no. Pero el serbio se convirtió en una baza diferencial en los planes de Jorge Sampaoli desde que éste llegó al banquillo nervionense. El jugador se encontró en la parrilla de salida durante las últimas ventanas de mercado tras un periodo en el que su papel en el Sevilla fue residual. Lopetegui lo usó como comodín durante el último año sin que su rendimiento se impusiera a los demás. Parecía más fuera que dentro de este proyecto. Pero las circunstancias lo elevan ahora a ser uno de los futbolistas más importantes del plantel. Es el jugador defensivo más fiable en los últimos meses y también una baza de ataque sorprenden por su potente disparo ya reflejado ante Mallorca o Betis.

Sampaoli coloca a Gudelj en el centro de su defensa y le otorga cierto poder de libertad cuando el equipo tiene el balón. Dirige los movimientos desde abajo y aparece en la medular cuando la necesidad lo requiere. Es un comodín fiable. Siempre lo fue. También cuando Lopetegui tiró de él en su primera campaña durante aquel brillante tramo final que concluyó con el título de la Europa League. Hoy es más protagonista. Tal vez esencial en este plantel en el que Koundé y Diego Carlos dejaron un vacío enorme. Sus últimas actuaciones ante Betis y Real Sociedad acentúan esta realidad: es un intocable en el Sevilla del presente.

Ningún jugador del actual plantel sevillista se acerca a sus 1.530 minutos jugados. Ahora emprende un nuevo reto: lograr ese papel protagonista en la selección serbia a las puertas del Mundial. Se estrenará ante Brasil, una misión de palabras mayores en la que pretende responder con la misma convicción que en sus últimos envites con el Sevilla. Es un superviviente. Y para él no hay demasiados límites en lo que llega. Ya sea en Nervión o en Qatar.