Gragera tiene un imán
Fuera de su demarcación natural sorprendió el ex del Sporting en su primera titularidad con el Espanyol. Como central, fue el jugador que más intervino y el que más atinó con los pases.
Había tenido media hora ante Osasuna y un par de minutos frente a la Real Sociedad. Y, en su tercer partido con la camiseta del Espanyol, el tercero en Primera División de toda su carrera, le llegó la hora. Para colmo, el cúmulo de bajas del equipo de Diego Martínez en el eje de la zaga –César Montes, Leandro Cabrera y Fernando Calero– llevó a José Gragera a actuar contra el Elche (0-1) no como mediocentro, su demarcación natural, sino de central. Pero no pudo salirle mejor. El asturiano fue un auténtico imán.
Porque si Gragera, quien de entrada formó junto a Sergi Gómez y Brian Oliván en defensa de cinco, completó una de las cuatro porterías a cero del Espanyol en esta Liga fue porque se lo buscó. Lejos de arrugarse, como podría llegar a imaginarse de un debutante de 22 años en un encuentro donde su conjunto se jugaba muchísimo, el ex del Sporting fue el futbolista que más veces intervino en el juego, hasta 80 veces, por delante de las 69 de Sergi Darder, las 67 de Carlos Clerc y Omar Mascarell, y las 62 de Vinicius Souza. De todas ellas, 62 fueron pases, de los que acertó 56: también en eso fue el MVP del partido, con un elevadísimo 90,3 por ciento.
Seguro en la zona de inicio, contundente en los duelos salvo en una ocasión, con pocas pérdidas y una salida aseada de balón sin rifarlo (solo cuatro de sus 62 pases iban dirigidos al último tercio del terreno de juego), también midió Gragera las entradas, ganando dos de las tres que intentó, y se mostró impecable en la agresividad, ya que aun desempeñándose como central provocó una falta y no cometió ninguna.
Si es que su actuación pudiera tener algun truco, ese se explicaría por los partidos de esta temporada, todavía en Segunda División y con el Sporting de Gijón, en que igualmente por bajas de compañeros tuvo que ubicarse en el eje de la zaga. Desde la mismísima pretemporada con Abelardo Fernández a la eliminatoria de Copa de enero frente al Valencia, ya con Miguel Ángel Ramírez en el banquillo. Más de una docena de ocasiones que le sirvieron de cursillo acelerado para graduarse en Primera. Ahora le espera ratificarse en su zona de confort. El mediocentro. Tiene de tiempo para ello hasta 2028.