Gallar y Calavera, en la rampa de salida inminente
Los dos jugadores que estuvieron cedidos el pasado curso en Cartagena y Sporting, respectivamente, no cuentan para Michel. Les queda un año de contrato.
En Girona, muchos de los focos están puestos en los más de diez fichajes que pretende acometer el club rojiblanco de cara a esta temporada de regreso a Primera, pero la dirección deportiva no puede, ni pretende, dejar de mirar a la puerta de salida. Para la llegada de nuevos futbolistas de calidad toca aligerar la masa salarial y de ahí que esta semana el objetivo es acabar de cerrar las salidas de Álex Gallar y Jordi Calavera. Ninguno cuenta para Míchel, ya estuvieron cedidos la pasada campaña en Cartagena y Sporting, respectivamente, y en días se esperan sus despedidas. No serán los únicos, pero sí los que están en un sitio preferente de la línea de salida.
Tanto Gallar como Calavera no tienen sitio en el Girona de Primera y lo que está acabando de cerrar la dirección deportiva son las rescisiones de sus contratos. Ambos finalizan sus vínculos con la entidad gerundense en 2023 así que tocará negociar para que se desvinculen. Presumiblemente más sencillas serían las negociaciones con Calavera. El defensa, que el pasado mercado invernal firmó cedido por el Sporting, ya perdonó parte de su salario para irse a Gijón y, además, rubricó una cláusula en su contrato por el que el Girona podía rescindirle el año que le resta de unión por una cantidad inferior a la de su año de salario. Calavera, que tiene mercado en Segunda, espera noticias definitivas de la entidad, pero no luciría más el escudo del Girona y dirá adiós tras 57 partidos. Su mejor campaña, sin duda, fue la 2020-21 con 27 partidos de Liga, uno de playoff y tres de Copa del Rey.
A su adiós le seguirá el de Gallar. Llegó en 2019 y tras despertar una gran ilusión con su fichaje, nunca logró asentarse ni demostrar su calidad. Su presencia en el Girona ha sido una montaña rusa, con solo 39 encuentros disputados (32 de Liga, cuatro de playoff de ascenso y tres de Copa del Rey) y es que sus últimos años los jugó cedido en el Cartagena. Su futuro está lejos de Girona y en Segunda División, donde tiene cartel y hay clubes interesados en él. Las reuniones para su adiós definitivo se intensificarán en los próximos días. La entidad quiere llegar a un acuerdo beneficioso para las dos partes ofreciéndole una compensación económica y la carta de libertad. La idea es que se desvincule del club antes del inicio de los entrenamientos del primer equipo el próximo día 12.