Vericuetos y giros en el fichaje de Gallagher
Uno de los agentes que intermedió en la operación a dos bandas con el Chelsea para la llegada del inglés desvela que hubo “incertidumbre”.
El de Conor Gallagher por el Atlético fue un fichaje lleno de vericuetos y giros. E “incertidumbre” entre las partes. Así al menos lo ha reconocido uno de los agentes que intermedió en que la operación saliera adelante. Se llama Andrea Pellegatti y su trabajo es ese: intermediar para sacar traspasos adelante. Y en el de Gallagher tuvieron que hacerlo mucho, así se lo confesó en Radio Sportiva. Todo lo ralentizó, como se sabe, la operación paralela del Chelsea con Samu Omorodion, entonces del Atlético.
“Fue un capítulo apasionante del verano como intermediarios. Todo estaba muy avanzado, luego la situación colateral con Samu, que tuvo que ir por el otro lado, ralentizó todo”, comenzó Pellegatti. “Hubo momentos de tensión pero cuando hay voluntad, el interés de las partes involucradas conduce al éxito”, matizó.
Un fichaje que provocó el viaje del inglés a Madrid un jueves de madrugada para introducirse en un reloj. Y es que el fichaje de Samu por el Chelsea, condición sine qua non para que el de Gallagher por el Atlético se hiciera oficial, pendía de que el futbolista finalizara su participación en los Juegos Olímpicos de París, en los que España terminaría proclamándose campeona, y la final se jugó el domingo, hasta entonces. Pero en ese entretiempo, hasta el Atlético publicó unas fotos en sus redes de Gallagher admirando el Metropolitano en una visita en la que el inglés vestía con un polo blanco. Porque si el domingo terminaban los Juegos y el lunes por la mañana Samu viajaba a Londres para firmar el contrato con el Chelsea (un traspaso tasado en 42 millones, la misma cifra que el de Gallagher con el Atleti), el lunes por la noche el Chelsea cambiaba las condiciones de su acuerdo y todo saltaba por los aires. “La incertidumbre” en las palabras de Pellegatti. La tensión.
Los giros, las idas y vueltas
Gallagher, que estaba en Madrid, tuvo que regresar a Inglaterra para una semana después, cuando fuese João Félix el que recalase en el Chelsea (mientras que Samu lo hacía en el Oporto), volver a Madrid en un vuelo seguido por cientos de aficionados del Atlético en directos de Twitch apuntando en una web de rastreo de aviones. Cuando el Atlético publicó en sus redes el anuncio oficial del fichaje de Gallagher iba vestido cuando firmaba el contrato con el mismo polo blanco que llevaba en la foto que se le había escapado al Atleti cuando aún era oficioso, claro. Con todos los giros y curvas atrás.
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