“Fui el más feliz del mundo”
Dídac se despide del Espanyol recordando su trayectoria de 16 años y el día que lució el brazalete de capitán. “Es un día triste”, asume. Aún no ha decidido si seguirá en la Liga.
La reflexión sirvió para concluir el acto, antes de que el Auditori Juan Segura Palomares rompiera en aplausos. Y resume perfectamente el instante vivido, este viernes, por Dídac Vilà: “Es un momento muy triste, porque por desgracia ya no podré defender más estos colores que he defendido durante 16 años. Lo voy asimilando día a día, pero como perico estaré siempre como uno más en la grada animando a este equipo”. El lateral zurdo, que acababa contrato y no renueva, se despidió de ese lugar que le ha hecho mejor. “Gran parte de lo que soy ahora es gracias a este club”, reconoció.
Con una carta de despedida, y tratando de contener las lágrimas, repasó primero Dídac su vasta trayectoria, “momentos muy duros” como el descenso o la pandemia, y otros “brutales” como el paso por Europa y el ascenso. También destiló agradecimientos, desde el presidente Chen Yansheng a sus compañeros, técnicos, trabajadores, familia y la prensa. “Hoy me despido como jugador de este club, de este estadio en el que tantos sueños he vivido, y de esta afición sin la que no seríamos nadie”, manifestó. Y añadió: “Hemos soñado y hemos sufrido juntos, nos hemos levantado unidos y me habéis hecho sentir muy feliz de formar parte de esta gran familia”.
“Fue un orgullo. En ese momento avisé a mi familia de que por fin me tocaba llevar ese brazalete que tantos años había soñado con lucir. En ese momento fui el más feliz del mundo”, rememoró, de la circunstancia en la que ejerció como capitán del Espanyol. También tuvo claro Dídac su otro gran momento en el Espanyol: “Como niño pequeño y soñador, me quedo con el día en que pude debutar como titular en Cornellà-El Prat y jugar los 90 minutos en el 1-0 contra el Athletic de Bilbao”.
“De pequeño, disfruté en el fútbol base, todos los entrenadores me hicieron crecer como persona. Luego llegó el momento de debutar con Pochettino, de ver cómo venía un gran equipo como el Milan a los 20 años, después hay lesiones, idas y venidas, y momentos brutales. En el AEK me volví a sentir futbolista, y regresé al Espanyol para demostrar muchos años de fútbol en mi madurez deportiva. Estoy contento y orgulloso de cómo ha ido todo”, resumió a la perfección un Dídac que recibió una camiseta conmemorativa por parte de Rafa Marañón y de uno de sus referentes de infancia, el campeón del mundo Joan Capdevila. “Ya le he comentado que en mi primera temporada le cambié la camiseta y le dije que era uno de mis ídolos”, apuntó.
“El Espanyol ha sido y siempre será tu casa”, le comentó Mao Ye, el CEO del Espanyol, con quien compartió la primera parte del acto. ¿Y ahora qué? Asegura Dídac que lo ha estado hablando con su pareja, y que “no lo tenemos claro. Estamos abiertos. A veces tenemos ganas de vivir una experiencia nueva y diferente que nos brinde el fútbol, otras queremos quedarnos en la Liga española. Lo iremos reflexionando en los próximos días”.