Fede Marco: “Qatar, Arabia y la MLS son nuevos focos de atracción mundial”

Fede Marco (Borbotó, Valencia, 1966) es uno de los directores generales de Wasserman en España, agencia que recientemente cerró el traspaso del canterano del Espanyol Simo Keddari a la Qatar Stars League. Fede Marco atiende a AS a las puertas del pabellón Dolores Escamilla de Godella, su madre y una de las pioneras del deporte en general y el fútbol en particular. Con él conversamos del mercado de fichajes y del nuevo escenario que para los clubes europeos se ha abierto con las inversiones y proyectos de Arabia Saudí, Qatar y también la MLS, donde su agencia tiene varios representados.

Ustedes han llevado a Simo Keddari a Qatar, ¿por qué allí?

Por diferentes razones, claro. Pero principalmente porque se traza un proyecto de I+D para el jugador. Qatar fichó a Antero Henrique para el desarrollo de talento. Su idea es incorporar 40 jóvenes cada año. En el caso de Simo, además de estar en un equipo profesional que juega la Champions de Asia, hay mucho trabajo a su alrededor.

¿En qué sentido?

Tiene 18 años y firma por cuatro años, así que con 22 será libre. Mira si le quedan años para decidir después su futuro. Cuando Michel Herrero se fue a China tenía 26 años, en comparación a los futbolistas que iban allí era joven. Muchos nos decían que no volvería a jugar en Primera. Pues regresó y estuvo cuatro años en el Real Valladolid, además de Oviedo y Tenerife. Hay un miedo instalado a dar ciertos pasos y hay gente que no tenemos ese miedo.

Este verano se habla mucho de Arabia Saudí, pero ¿qué ofrece Qatar?

Creemos que se va a generar un foco de atracción mundial, como está pasando con la MLS. Si sabes que 30 de los mejores talentos del mundo están en una misma liga, ¿qué vas a hacer? Pues seguirla como desde hace años se sigue Argentina o Brasil. Y obviamente están las condiciones económicas. La gente es muy naif y muchos de los que opinan no se juegan las piernas. Mira Courtois, Militao… Las lesiones están ahí y a los jóvenes les truncan su carrera.

¿Augura una fuga de talento en España?

No lo veo como una fuga de talento ni una pérdida, porque los clubes de aquí perciben un capital y tienen que decidir cómo lo invierten. Es cuestión de estrategia. Así que lo que yo veo es que se puede generar una sinergia con proyectos como el de Qatar.

¿Qué sinergia?

Pues, por una parte, los clubes pueden hacer caja y, por otra, se les presenta otra competición como nicho para captar jugadores. Cuantas más ligas competitivas, mejor. El fútbol es mundial. De ahí que haya que ver como positivo lo que está pasando en Arabia, en Qatar o en la MLS.

Allí hay el dinero que en España y gran parte de Europa no lo hay…

Bueno, aquí hay dinero para lo que se quiere. Aquí los clubes, en general, se contienen a la hora de invertir en sus jóvenes y utilizan argumentos contrarios, que por su edad no pueden tener determinados salarios. Pero ahora van a tener que anticiparse en aquellos jóvenes que consideren que tienen que blindarse y estar rápidos para incorporar el talento sudamericano.

¿Se asemeja el proyecto de Qatar a la MLS?

La MLS tiene sus peculiaridades. Al final la de Estados Unidos va a ser una competición enorme, porque es un país enorme. Emiratos o Doha concentran sus ligas, pero la magnitud de Estados Unidos le da otro volumen. Y en Qatar van a ser proyectos más selectivos, más reducidos por demografía, aunque de mucho nivel.

¿Y Arabia?

Lo de Arabia es otro perfil de proyecto y concepto.

¿Más similar a lo que en su día pasó con China?

Bueno, Arabia tiene sus normas, Chinas, las suyas… En China se generó una burbuja que no fue sostenible y se vino abajo o a una realidad diferente. Ahora no es una competición tan atractiva para jugadores top, como sí lo está siendo Arabia.

¿Qué implican esos nuevos mercados a la industria del fútbol?

Implica invertir en infraestructuras. Los departamentos internacionales de las agencias tienen que estar muy diversificados y con especialistas en cada competición. Hay que tener gente que conozca el terreno, que se sepa al dedillo las normativas de cada país.

¿Qué valoración hace del actual mercado de fichajes en Europa?

Ajustado, contenido, pero sí se están haciendo incorporaciones. Los clubes están siendo más imaginativos. Los traspasos millonarios se analizan con lupa. Ahora se están haciendo operaciones creativas, compartiendo porcentajes… Entiendo que la gente desde fuera quiere caras nuevas, fichajes, quiere circo. Pero a los que estamos en el negocio se nos debe exigir responsabilidad y control financiero.

¿Pero no cree que en España se habla permanentemente de Fair Play?

Sí. Y lo veo bien. La Liga hace un esfuerzo en explicarlo. Quizás en otros sitios el perfil de los propietarios permite de alguna manera ir a “pérdidas”. Aquí ese modelo funciona menos, porque la gente se juega más su patrimonio y el perfil del propietario en España es diferente al de la Premier. Aquí son gente con capital, pero no son fortunas mundiales como para volverse locos. Así que creo que el modelo de la Liga es correcto. Lo complicado es gestionar con inteligencia.

¿Inteligencia y qué más?

Inteligencia, seriedad, anticipación… Quienes nos dedicamos al negocio del fútbol, tanto clubes como agencias, tenemos la obligación de tratar de llegar antes que los demás. Y para eso hay que invertir. Por ejemplo, yo viajé en pandemia a Dubai, porque era uno de los pocos sitios a los que se podía viajar y quería conocer de primera mano los proyectos de allí. Eso te permite encajar el perfil de futbolistas que pueden tener cabida en cada proyecto. Ahora viajaremos a Estados Unidos para visitar cuatro franquicias, porque donde se apuesta por el desarrollo de talento, una agencia como la nuestra siempre está.

Comentaba antes que los clubes están haciendo ahora operaciones “creativas”, ¿las agencias en qué están cambiando en su forma de actuar?

Hay que desarrollar proyectos con los jugadores. No se trata de que se les pague poco si no que se pague en base al éxito. A lo mejor la primera transferencia de un jugador no es la más relevante, pero en la segunda ya existe esa participación del que vendió al jugador. Hay que estar abierto a incentivos por objetivos… Los contratos se van adaptando a los planes financieros y hay que ser imaginativos. El que vende siempre dice que el futbolista va a ser buenísimo y el que compra dice, sí, pero ahora es esto y si es tan bueno, te lo iré pagando. Se van adaptando fórmulas según rendimiento del jugador. Los representantes tenemos que ser facilitadores de operaciones, al menos yo lo veo así. Me parece anacrónico el rollo ese de ver qué agente es el que más gana, el que más vende, que más comisión tiene… y lo digo yo que soy uno de los directores de una de las agencias más relevantes del mundo por no decir la número 1. No me parece que el debate sea quién vende más sino hacer entre todos que la industria sea sostenible y crezca.

Desde su posición de representante, ¿qué cambiarías de la industria del fútbol?

Si los agentes, en general, tienen mala fama es también porque nos lo hemos ganado como colectivo. Así que lo que hay que hacer es luchar en el sentido contrario. Hace falta más formación y seriedad. Hay que regular, luchar por una regulación y un control. Y se debería abrir o facilitar más, que no es fácil porque cada país tiene sus normativas, un marco de actuación claro. Los agentes tenemos que luchar en eso. En algunos casos se han hecho normativas correctas, pero hay otras que no lo son y los servicios jurídicos de los agentes europeos estamos luchando porque haya una lógica en el tema de comisiones.

¿Cuál sería esa lógica?

Que tengan un sentido. No es fácil de explicar, pero a veces los agentes nos vemos perjudicados por temas fiscales, porque nuestro trabajo de cara al jugador no se considera gasto. Y eso al jugador le perjudica, porque muchas veces el principal gasto de un jugador es su agente, porque le da una serie de servicios. Los agentes tenemos que crecer en calidad y se nos tiene que respetar, porque ofrecemos un servicio de calidad y debemos facturar por eso. ¿Qué pasa? Que hay gente que no presta esos servicios y solo busca dar un pelotazo. Pero el trabajo de un agente debería contemplarse como un servicio a jugadores y clubes y ser remunerado correctamente. ¿Qué el tope tiene que ser un 10% de comisión? Pues que sea un 10%. Pero nadie puede establecer que sea un 3% para una parte y un 3% para otra. ¿Por qué un 6%? ¿Quién lo ha decidido? Eso no es legal. Hay que buscar una situación confortable que puede estar en ese 10% sobre las operaciones si el trabajo está bien hecho.

En el fútbol base hay un submundo de agentes y ahora con mercados como el de Qatar, la vorágine puede ser mayor, ¿no cree?

Bueno, para eso hay normativas, porque no se puede hacer una transferencia hasta que un jugador es mayor de edad. Y cuando uno es mayor de edad, pues trabaja dónde y con quién quiere. La transparencia aquí es fundamental. Todos nuestros jugadores saben perfectamente lo que nosotros ganamos y percibimos. No solo eso. Firman que han sido asesorados en ese sentido y ningún jugador nuestro puede sentirse engañado, porque la transparencia es clave.

Pero la captación de menores de edad es un nicho para la mayoría de los agentes.

Es que ahí los clubes son los que tienen que poner coto y trabajar o intentarlo con las empresas más serias. Submundos hay en el fútbol como en muchos otros negocios. Pero creo que se tiende a un mundo del fútbol cada vez más profesionalizado.