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REAL MADRID - BARCELONA

Estado de felicidad

Tras el pinchazo del Barça, ambiente festivo y alegre en Valdebebas. Convencimiento de que ese empate con sabor a Europa League les puede pasar factura el domingo

Madrid
Los jugadores del Real Madrid celebran un gol en Champions.
JESUS ALVAREZ ORIHUELADiarioAS

El ambiente en Valdebebas era ayer el reflejo del estado de felicidad que hoy día se le asocia al Madrid triunfal de Ancelotti. En una semana especial por acoger el Clásico, los vasos comunicantes del Puente Aéreo funcionaron en la noche del miércoles a todo trapo. Los jugadores y los miembros del cuerpo técnico vieron desde sus casas el patinazo del Barça ante el Inter. Los emoticonos de satisfacción no faltaron en los grupos de Whatshapp, convencidos de que ese empate con sabor a Europa League del máximo rival les puede pasar factura en el partidazo del domingo en el Bernabéu (16:15 horas).

Mentalidad

El buen humor y los chascarrillos sobre lo sucedido esta semana de Champions (gol heroico de Rüdiger que ha metido al equipo directamente en octavos de final, una fase casi quimérica ahora para el Barça de Xavi) se prolongaron ayer a primera hora. Hacia las 10:30 toda la plantilla tuvo un acto en Valdebebas con patrocinadores del club, mostrando durante media hora un talante feliz y alegre, firmando camisetas y gorras a todos los responsables de esas firmas, que al final ayudan a pagar sus nóminas. Estaban todos, incluidos los tocados (Courtois, Rüdiger y Ceballos). Un buen talante que refleja el estado del bienestar de una plantilla que se siente capacitada para luchar este curso por los seis títulos en juego (el primero ya cayó en Helsinki ante el Eintracht).

Después, todos al campo a ejercitarse a tres días del Clásico. Lo primero que hizo Ancelotti fue reunirles y darles unos minutos de charla distendida para perfilar la preparación del partido más esperado. El italiano les recordó que el exceso de confianza suele darle malos tragos a su equipo, como sucedió la temporada pasada en el Clásico del Bernabéu (0-4). Les aclaró que un Barça herido tras su fiasco europeo puede ser más peligroso todavía, porque ellos saben que ganando de nuevo en la capital tendrán una victoria moral que aliviaría sus heridas y encima darían un paso grande en la lucha por el título de Liga. Los jugadores asintieron con este mensaje de cautela. El espíritu de los hombres de Ancelotti es el de ganar como sea este Clásico para dejar noqueado a un Barça que vive en el alambre, a la espera de que se consume, el día 26, su segundo destierro consecutivo a la Europa League.

Los jugadores entrenan en Valdebebas.
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Los jugadores entrenan en Valdebebas.Soccrates ImagesGetty

A esta felicidad indisimulada del madridismo se une la locura colectiva que vive la afición por conseguir una entrada para el partido. No pierdan el tiempo. No hay nada en la web del club y ni por recomendación se consigue nada. Las peñas se desesperan por el escaso papel que les ha llegado esta vez. Pero las obras tiene mermado el aforo en 20.000 localidades y las peticiones han llegado al club desde todo el mundo. Este no es un partido más. Es el Clásico sin fronteras. Cuando esté acabado el nuevo y flamante Bernabéu acabará compitiendo con la Super Bowl...