Espanyol: media hora de ilusión, una hora de dudas
Los blanquiazules se quedan con el juego del equipo hasta la expulsión de Sergi Gómez, donde demostró lo que quiere ser. Achaca la derrota a la falta de “contundencia en las áreas” a la espera de completar la plantilla.
Como si se tratara de un combate desigual entre un peso pesado y un peso pluma, el Espanyol arrancó el encuentro ante el Rayo Vallecano como el primero. La presión a la que sometió a los jugadores de Andoni Iraola impidió que estos pasaran de mediocampo salvo en contadas ocasiones. Los blanquiazules, como sucediera en Vigo, acumulan agresividad, buena colocación para impedir que los visitantes progresaran... Y ocasiones. No muchas, pero suficientes para adelantarse, como un cabezazo de Sergi Gómez, forzado, pero a portería vacía que se fue al lateral de la red. La plantilla se queda con esa media hora de ilusión.
“Los primeros 30 minutos fueron muy buenos. Les presionamos, jugamos en campo rival, fuimos intensos. Hasta la expulsión lo teníamos todo controlado. Hubo una decisión arbitral, y ahí empezaron los problemas”, detalla Brian Oliván. Todo cambio con la expulsión de Sergi Gómez. El Espanyol había jugado 12 minutos con uno más y no había conseguido anotar el 1-0 pese a su dominio más claro: “Nos faltó contundencia en las áreas”. Pero en el diez contra diez, todo fue diferente.
A falta de jugadores para completar la plantilla, el Espanyol ha seguido un patrón similar en estas dos jornadas iniciales. Sale al campo con una convicción plena y con un gran de concentración e intensidad que le hace dominar los partidos desde la presión, aunque sigue mostrando indolencia en el área rival y falta de claridad en su juego. Los blanquiazules solamente generaron peligro a través de centros: “Fue cruel el partido porque en los dos que hemos jugado tuvimos dos inicios muy buenos, yendo a por el rival, quitándole el balón y jugando en campo contrario. Fuimos competitivos. Nos llegan dos veces y nos marcan. Hay que ser más agresivos en área rival, donde se marca la diferencia”, insistió Oliván, que incluso dijo “hay que llegar ocho veces y meter ocho, la diferencia está en las áreas”.
Después de esa media hora de ilusión, llegó la hora de dudas. El Espanyol perdió el control del juego y el Rayo Vallecano se adelantó con una genialidad de Isi Palazón. Tras el descanso, los blanquiazules evidenciaron sus problemas en ataque. Les costó generar juego y todas las acciones de ataque desembocaron en centros laterales. Hasta 26 realizaron los blanquiazules sin contar los saques de esquina, de donde llegaron las ocasiones más claras, con hasta tres postes. El equipo perico generó peligro por esas acciones de estrategia, pero el Rayo Vallecano disfrutó de más posesión, anotó el 0-2 por obra de Pathe Ciss y también tuvo algunos contraataques abortados al límite por el Espanyol para sentenciar.
“Lo que nos falla durante el encuentro es dominar las áreas. En ese golpe a golpe lo justo hubiera sido un empate, ellos fueron más contundente. Fue de manera justa, no concretamos”, comentó Leandro Cabrera: “Hay que encontrar ese foco dentro del caos. Hay que tener más claridad a la hora de decidir y de defender las áreas”. El Espanyol, en ese proceso de construcción o “cogido con pinzas” como dijo Diego Martínez, se aferra a esa media hora ante el Rayo y a la primera parte en Vigo. Ese es el Espanyol que esperan que durante la temporada tenga continuidad durante los 90 minutos.