España nubla a Vinicius
En cinco días, tanto Simeone como Xavi ‘volcaron’ su sistema para aislar y desquiciar al brasileño. Vini, enjaulado, sufrió siete faltas... y el resto del Madrid apenas trece.
En apenas cinco días, Simeone y Xavi trazaron el mismo plan contra Vinicius. Enjaularlo. Someterlo a un sistema de ayudas híbridas para impedirle nadar contra el lateral (Nahuel en el derbi, Araújo en el Clásico de ayer) con las fauces abiertas. El gran tiburón blanco despedazó con dos dentelladas al Liverpool pero al volver a España fue acogotado, otra vez con el reglamento convertido en garrote más que en elemento protector, en dos partidos grandes porque su fútbol necesita sí o sí a Benzema.
De Jong y Busquets fueron una y otra vez los elementos que cerraron la jaula táctica. Sin un Karim tan activo como lo fue la temporada pasada, los dos pivotes culés más cercanos al área de influencia de Vini pudieron perder de vista al nueve francés y volcarse en la tarea de anular a su compañero.
De Jong logró llevarlo al terreno físico y mental, con ese combate de judo en el que Vinicius logró un ippon pero también la amarilla de Munuera Montero. La primera amarilla del partido fue para un desquiciado Vini...
Xavi invirtió el sistema que empleó el Cholo. Nahuel, mucho más ofensivo que Araújo, recibió el sustento del físico de Savic. Con el hercúleo Araújo, la idea azulgrana fue rodear a Vinicius de avispas más chiquitas, un aguijoneo al que se sumó también gustoso Gavi. La primera parte terminó con Vinicius habiendo recibido cinco faltas. El resto del Madrid recibió ocho... en todo el partido. Si sumamos el derbi, el resultado dibuja cómo fueron ambos partidos: Vinicius sufrió siete faltas, el resto del Madrid, apenas trece.
Apretando el torno
Xavi acabó de refinar el cepo contra Vinicius. Si el Atlético optó por detenerle en ayudas en movimiento, porque permitió al brasileño intentar quince regates (seis los completó con éxito), el Barça se cerró mucho más, cediendo apenas cinco dribles intentados al brasileño y únicamente tres surtieron efecto. Araújo por el camino se puso las botas, robándole cinco balones.
El Madrid no supo encontrar la llave de esa jaula a Vinicius que fue menguando según pasaban los minutos y el Barça se embutía en una formación tortuga digna de una legio romana. Y es un problema pensando en que se vienen otros dos Clásicos en los que al Barça le sirve (tanto en Liga como en Copa) con nadar y guardar la ropa y mantener a Vinicius dentro del tanque en vez de a mar abierto. Ancelotti tiene trabajo para no ahogarse.