“Es como llevar al teatro la explosividad de Mbappé”
El actor Juan Díaz, confeso madridista, protagoniza el montaje teatral del año, la adaptación del libro ‘El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes’ dirigida por Miguel Alcantud. Se estrena hoy en Madrid, Sala Mirador. Hablan con AS de la obra... y, claro, el fútbol.


Hay una Navidad que el actor Juan Díaz (Madrid, 1976) nunca olvidará. Fue por el regalo debajo del árbol que la mañana de Reyes se encontró: “¡Una equipación del Real Madrid!”. Tenía seis años. Su abuelo le había hecho socio y aún le chispea la voz al rememorar aquellos domingos de Bernabéu, con su nueva camiseta ya encima como piel propia y los ojos sumidos en el espectáculo en la hierba: la Quinta del Buitre. “No ibas a verles ganar, ibas a ver por cuánto lo hacían”. Tiempo después comprobaría por él mismo lo que se siente cuando todas las miradas apuntan: a los 17 hizo de la actuación su profesión para convertirse en uno de los rostros más reconocidos de la tele (A las once en casa, Aquí no hay quien viva, Cuéntame...), el cine (Gente Pez, Noviembre...) y el teatro en España. Hoy el que regala es él. Arte e interpretaciones inolvidables como la que, desde esta noche y hasta el próximo 14 de diciembre, protagonizará en la Sala Mirador de Madrid con El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes (entradas, aquí; el estreno ya sold out, las demás, volando).

Y es que el director Miguel Alcantud (Cartagena, 1971) ha adaptado al teatro la novela de Tatiana Tibuleac, una de las más vendidas y recomendadas de la última década, con casi 100.000 lectores en España, en un montaje, con Juan Díaz como único protagonista, de los que te muerden el corazón. “Esta es una obra que gusta, llega, toca y mueve cosas”, asiente el actor. “Es como llevar al teatro la explosividad y la fuerza de Mbappé”, añade, resumiendo en lenguaje madridista. La fuerza y la explosividad que rezuma su personaje, Aleksy, en esta obra sobre el perdón que resulta ser el más bello homenaje a una madre, aunque venga envuelto en rabia, ira y dolor. Y también color. Porque su escenografía, al comienzo blanca impoluta, termina salpicada al completo de amarillos, rojos, azules y verdes, sobre todo verdes, a medida que avanza. Y es que en realidad Juan no está del todo solo en el escenario: le acompañan los cuadros que va pintando, ideados por la artista Bárbara Shunyi, para ligar su monólogo a la performance.
De la cuarta pared derribada... al Clásico particular
Noticias relacionadas
El público forma parte de todo desde el inicio. “La cuarta pared se derriba según el primer espectador pone un pie en el teatro...”, avisa Miguel. Y, en efecto, así es. Un público interpelado por Juan. Removido por su magnética y extraordinaria interpretación. “Mezcla como nadie, y de una manera perfecta, la poesía y la brutalidad”, explica Miguel, director de series como Águila Roja o El Ministerio del Tiempo y creador del formato Microteatro por dinero. Tuvo claro que Juan era su Aleksy en cuanto comenzó a visualizar la dramaturgia. Aunque el director sea culé y el último Clásico les pillase en un autobús en México, de gira con esta obra. “Y lo tuve que ver con éste...”, bromea. Éste es Juan, que ríe, porque celebró él, aunque sin cantar muy alto los goles (2-1). “Eran las 10:00 allí...”. Su Clásico particular es el montaje teatral de la temporada en Madrid.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí






Rellene su nombre y apellidos para comentar