Enemigos reconciliados
Marcelino y Bordalás se miden 18 años y medio después en un periodo de tregua tras la tangana de Mestalla. Mayoral y Mata, en racha, permiten soñar con Europa.
En la segunda ronda de la Copa 2005-06, en un Alicante-Recreativo, se midieron dos técnicos que harían una gran carrera en Primera División. Aquel día, ambos pasaron los 120 minutos de partido a apenas diez metros, los que separaban los dos banquillos. Y ese tiempo fue suficiente para que Marcelino y Bordalás no se cayeran bien. Pasaron muchos años hasta que se volvieron a enfrentar, ya en primera línea mediática, y las pullas volaron de un lado a otro. Marcelino acusó a Bordalás de hacer un “fútbol de regional”; Bordalás aludió a Klopp para atacar al asturiano; y este hizo lo mismo con la mujer del Cata Díaz. Cada rueda de prensa era gasolina para un fuego que ardió tras la vuelta de los cuartos de final de Copa de 2019, entre Valencia y Getafe, que acabó con una batalla campal en Mestalla, una imagen pésima para el fútbol.
En esa megatangana no participaron los entrenadores, pero ellos, en su fuero interno, quizás pensaron que habían tenido cierta culpa de lo que había sucedido. De ahí, se pasó a no saludarse antes de los partidos aunque ambos suavizaron la tensión... hasta la actualidad, donde han firmado la pipa de la paz e incluso parece que están a punto de lanzarse algún elogio en las ruedas de prensa. “Ni me acuerdo de lo que cené ayer”, bromeó ayer Bordalás enterrando una rivalidad que fue enconada.
Hoy, 18 años y medio después de aquel primer encontronazo, se vuelven a ver las caras en La Cerámica (sigue el partido en directo en AS.com). Y esta vez lo importante será lo que pase en el césped. Ni uno ni otro están pendientes de polémicas y se centran en lo que tienen por delante. Marcelino quiere culminar la presunta mejoría puliendo su once tipo y ganando por fin en casa para no mirar más hacia abajo. Vuelve Parejo aunque seguramente no será titular. El Getafe, por su parte, mira a Europa. La amenaza azulona es Mayoral, que llega a La Cerámica como segundo máximo goleador de la Liga, aunque Mata también aparece en plena racha.