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En Primera División los errores se pagan con derrota

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A veces pasa que un entrenador sale a hablar ante la prensa y hace un resumen perfecto en su primera frase. Eso es lo que ha hecho Míchel, técnico del Girona, entrevistado en Dazn cuando ha explicado que “el Valladolid ha sido mejor en el juego y nosotros en las áreas”. Amén. Podríamos cerrar el artículo aquí porque es difícil explicar mucho más de un partido en el que los blanquivioletas hicieron muchas cosas bien, pero las que hizo mal le costó, al menos, un punto con protagonismo, mal que le pese, a Roque Mesa y a Pacheta, que calificó el partido de su equipo como “fantástico”.

El Real Valladolid fue un equipo que quiso ser protagonista, con un conjunto que sufrió tres lesiones, con la rémora de que su rival tuvo 57 horas más para descansar teniendo en cuenta que los pucelanos terminaron de jugar su último partido el lunes a las 23:00 horas. Esas cosas que hace la mejor liga del mundo. Decía que los blanquivioletas quisieron el esférico, lo robaron mucho en campo contrario, pero no tuvieron la precisión del último pase, apenas remataron a portería desde dentro del área, no llegaron a la línea de fondo y el peligro llegó, sólo, en disparos desde fuera del área, como el de Monchu. Otro golazo del balear que firmó un gran encuentro pese a la derrota.

Mucho peor fue el de Roque Mesa. Acostumbrados a que el canario siempre lleve a buen puerto el barco pucelano al mando del timón blanquivioleta, no estuvo fino, por no cargar tintas, y tuvo demasiado que ver en los dos goles encajados que, a la postre, supusieron la derrota. En el primero hace el despeje que nunca se debe hacer, desde la línea de fondo hacia el borde del área, que propicia la entrada de Aleix García y Renier. Estaba escrito que el brasileño, después de haber esperado todo el verano al Pucela, le iba a marcar. En el segundo comete una falta de esas que a los entrenadores, y a los aficionados y periodistas, nos saca de nuestras casillas. Ante un rival rodeado, pegado a la banda y de espaldas a la portería decide hacer una falta que es preludio de la verbena blanquivioleta en defensa. No se entiende como Bueno puede cabecear tan solo en el palo más lejano y como Oriol Romeu, viniendo desde atrás, entra tan solo al corazón del área para remachar.

Y me dirán, claro que me lo dirán, que Juanpe le hace un penalti muy claro a Gonzalo Plata. El VAR no entra porque el árbitro perita la jugada y piensa que el contacto no es tan importante como para señalar pena máxima. Yo reconozco que dependiendo de la toma que vea me parece penalti y en otra, menos. No tiene suerte el Real Valladolid con los arbitrajes en este inicio de la temporada y Pacheta pide explicaciones, lo hizo en público, en rueda de prensa, con un cabreo monumental. Puede tener razón, pero mal haríamos en achacar la derrota sólo a este penalti no pitado. Hay muchas cosas que mejorar pese a que el equipo hace muchas cosas bien.