Empate con triunfo: el de la Generación Z de Simo y Moleiro

Fue la tarde de Simo, de 17 años, y Moleiro, 18. El partido de la Generación Z. Un amistoso sin goles, sorprendentemente, entre un Espanyol que muerde, pero que también propone, en el que Diego Martínez impone su sello pero no deja de disfrutar experimentando, y un Las Palmas siempre constructivo, que exigió sobremanera, en la confluencia de García Pimienta y su ADN Barça con la talentosa escuela canaria de un sempiterno aspirante al ascenso a esa Primera donde los pericos aspiran a subir un peldaño esta temporada.

Espanyol

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Ni tres minutos tardó en aparecer en imagen Lecomte, quien disputaba su primer partido no solo con el Espanyol sino en los últimos 384 días, tras un año en blanco con el Atlético. Fue Viera, el indiscutible capitán amarillo, quien merodeó su portería, aunque lanzó alto. Más tino tuvo en el 5′ un Melamed en el rol de organizador pero con llegada, quien forzó la intervención de Álvaro Vallés.

Llegaba el peligro perico desde la banda izquierda, donde jugaban a pie cambiado tanto Omar como un hiperactivo Embarba. Y se sofocaba en Simo, el jovencísimo central de 17 años, en una primera titularidad con alardes de jerarquía, contundencia y un exquisito desplazamiento de balón.

Solo Vinicius Júnior, Keidi Bare, Jofre –aunque Rubén Sánchez lo relevó a la media hora– y Melamed repetían de inicio respecto al estreno perico ante el Montpellier, con Raúl de Tomás, Oliván, Lozano, Vilhena y Fortuño fuera de la convocatoria, igual que los descartados Aleix Vidal y Dimata.

Y en Las Palmas, debutante en la pretemporada y todavía sin el recién rescatado Vitolo, fueron de la partida los otros tres refuerzos: el exblanquiazul Sidnei, Álvaro Jiménez y un Marc Cardona que inquietó en el 23′ a Lecomte con un centro-chut que el francés rechazó demasiado manso, peligro que alejó Omar.

Las Palmas

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No en vano, y a pesar de la presión alta con que irrumpió nuevamente el Espanyol, que fue rebajando, supo Las Palmas imponer su medular, con un fluido juego entre líneas. Como la pared entre Álvaro Jiménez y Viera, a la media hora, que resolvió el capitán con un tiro alto. Tras la pausa de hidratación, y hasta el descanso, sí consiguieron los pericos ahogar a los canarios, con un Vinicius omnipresente al corte, si bien en ataque no encontraron a Puado.

No existió ese problema con los centros laterales nada más reiniciarse el partido, con Joselu, cuyo cabezazo a punto estuvo de estrenar el marcador. Fue uno de los cinco cambios de Diego Martínez, por los 11 directamente que hizo García Pimienta. Entre ellos, el deseado Moleiro, que brilla sin cesar desde aquel Espanyol-Las Palmas de la pretemporada de 2021. Con Pejiño, que exigió a Joan García en el 51′, como revulsivo, el mediocentro ofensivo de solo 18 años hizo de las suyas a la hora de partido con un chut cruzado que se estrelló en el palo. La ocasión más clara de toda la tarde marbellí.

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La respuesta perica fueron un par de más cambios, uno de ellos Calero, quien en su primer toque de balón remató un centro con peligro ante el experico Álex Domínguez, de regreso a Las Palmas tras su cesión en el Ibiza, a quien trataron de intimidar los Joselu, Luca Warrick, Darder y compañía con un nuevo catálogo de presión alta, y cada vez más poso sobre el control del juego. Solo falló en el último instante, sobre el tiempo cumplido, cuando una nueva diablura de Moleiro estuvo a punto de convertirse en el 1-0, de no ser porque Pejiño cruzó en exceso el esférico.

Curiosamente, aguarda el mismo rival ahora a ambos equipos. Se trata del Lille, campeón hace un año de la Ligue 1. Sin tiempo para respirar se medirá con los franceses Las Palmas, este mismo sábado a las siete de la tarde, y sin mucha más dilación llegará el enfrentamiento con los pericos, este domingo a las 10:30, antes de que los de Paulo Fonseca abandonen Marbella. Y de que prosiga la preparación para pericos y canarios antes de echar a volar en la Liga.